EL AGUIJÓN
A MIS COMPAÑEROS DE AD
POR: ARTURO MOLINA
Escribo
estas líneas con el ánimo de reflexionar sobre lo que acontece en Venezuela y
la importancia del reencuentro de los socialdemócratas militantes de Acción
Democrática (AD), alejado de eufemismos y revanchismos, impulsados por actores
que medran en favor del quiebre y desaparición del partido.
La
realidad socio política implementada por el actual sistema de gobierno nacional
y su pretensión de imponer el Estado Comunal amerita de la desvinculación de
aspiraciones particulares, y repensar el accionar con base a la necesidad de
alcanzar el cambio de ese sistema. El reclamo que realizan un número importante
de ciudadanos no lo están escuchando los actores políticos que dicen
representar ese sentimiento. Al contrario, han alcanzado desconfianza de los electores
por sus acciones, al permitirse utilizar las instituciones partidistas para conseguir
sus propósitos personales, dejando de lado los de la organización, sustentados
en sus bases programáticas (quienes las tienen).
Varios
han sido los partidos fundados con base a una moda, pero lejos se encuentran de
saber canalizar el cambio, al caer en la simplicidad, extraviando y
desmotivando el apoyo a la política, actor político, e instituciones que
representan. En AD se han generado quiebres de fondo y de forma. Los de forma
han sido más por el accionar errado de los cuadros de jefatura, incluso, en
algunos casos, motivados a la creencia de que el partido es de su propiedad
privada, dando paso al caciquismo, otros los llaman caudillos. Desde esa
postura apostaron por la abstención y salidas de fuerza, o se dejó sin
candidato al partido durante décadas. Ese salto es superable a lo interno de la
organización, si hay espíritu de rectificación y reconocimiento al error.
2022
es año de debate ideológico, y la actualización de su tesis programática. El
protagonismo es de la institución. 2024 es año de elecciones presidenciales. En
la calle ondea el hambre, miseria y control social. Nada de eso va a cambiar si
persiste la miopía política y la apetencia personal. AD es una sola, y está del
lado de quienes administran sus símbolos (esa es la realidad). No se trata de
nombres, menos de mesías, se trata del país, y la sociedad venezolana espera
racionalidad y entereza de los dirigentes del partido del pueblo, en el momento
histórico que se transita.
La
invitación a mis compañeros de AD a fortalecer el partido para canalizar
asertivamente el cambio de sistema de gobierno, promoviendo la unión e inclusión,
para sustituir la desgracia, por el bienestar, haciendo bueno nuestro lema, por
una Venezuela libre y de los venezolanos, con pan, tierra y trabajo para todos.
Arturo Molina
@jarturomolina1
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jarturomolina@gmail.com