EL AGUIJÓN
LA VOCACIÓN DE SERVICIO: EXCELENCIA DEL EQUIPO DE TRAUMATOLOGÍA N° 5 EN SAN CRISTÓBAL.
Por: Arturo Molina.
En la vida, hay momentos en los que nuestra fe y bienestar se depositan por completo en las manos de otros. Esta semana, viví uno de esos momentos cruciales al ser intervenido quirúrgicamente para la colocación de una prótesis en mi cadera izquierda en el Hospital Central de San Cristóbal. Hoy, mi intención no es otra que transformar esa experiencia en un testimonio de profundo agradecimiento hacia el equipo médico y humano que hizo posible exitosa operación.
Antes de cualquier palabra, y como pilar fundamental de mi vida, mi primer agradecimiento se dirige a Dios, fuente de toda fortaleza y posibilidad, pues sin su guía y providencia, nada de esto hubiera sido posible.
La cirugía, de gran complejidad, estuvo a cargo del Equipo de Traumatología N.º 5, magistralmente coordinado por el médico especialista, el Dr. Mauricio Coronel. Y aquí es donde deseo hacer un especial hincapié: la labor ejemplar no fue solo de un individuo, sino de un engranaje humano y profesional que funcionó con precisión admirable.
Desde el primer contacto hasta mi recuperación inicial, el comportamiento de todo el personal fue intachable. Médicos, enfermeras, técnicos de radiología y rayos X, y el personal de apoyo que me asistió en pabellón, antes y después de la operación: todos, sin excepción, demostraron un nivel de compromiso y eficacia que debe ser reconocido y aplaudido.
El profesionalismo no se limitó a la técnica quirúrgica —que, por cierto, arrojó resultados iniciales muy positivos en mi primera consulta postoperatoria— sino que se extendió a la calidez humana. Fui tratado con respeto y una dedicación que brindan calma en momentos de vulnerabilidad. Lo que más destaco es la paciencia en cada explicación y la tranquilidad transmitida por el personal, reflejando una vocación de servicio que trasciende la simple obligación laboral. El trato fue verdaderamente ejemplar.
Al Dr. Mauricio Coronel y a cada miembro de su equipo, reitero mi más sincero y profundo agradecimiento por la labor profesional cumplida. Ustedes son un orgullo para nuestro sistema de salud y un ejemplo de que la excelencia es posible cuando se conjuga el conocimiento técnico con el más alto sentido ético y humano.
Ahora, con la prótesis de cadera firmemente en su lugar y con resultados esperanzadores (confiamos en que la próxima consulta sea aún más satisfactoria), solo me resta cumplir cabalmente con las recomendaciones médicas dadas. Este es mi compromiso personal para asegurar que el postoperatorio sea un éxito rotundo y pueda restablecer mi vida a la normalidad.
Este artículo es una humilde pero sentida carta de gratitud. Mi experiencia en el Hospital Central de San Cristóbal, de la mano del Equipo de Traumatología N.º 5, ha sido constructiva y estimulante. Me llevo la certeza de que la salud de nuestra comunidad está, en muchos casos, en las mejores y más profesionales manos.
Arturo Molina
@jarturomolina1
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