EL AGUIJÓN
GOBIERNO
ATACÓ LA DEBILIDAD DE LA OPOSICIÓN.
POR: ARTURO MOLINA
El referéndum revocatorio
(RR) es un derecho consagrado en la Constitución de la República de Venezuela
de 1999, según lo establecido en el artículo 72. Al igual que otros
artículos consagrados allí, “la mejor del mundo” como le llamaron algunos, le
sirvieron al ex presidente Chávez, para ganar apoyo de los ciudadanos. Se
vendía como lo novedoso, y se esgrimía la fortaleza de la democracia a través
de la participación ciudadana en los asuntos del gobierno con la denominada
“democracia directa”. La contraloría social tomaba fuerza y había personas que
se ufanaban de tales desprendimientos gubernamentales. La emoción les embargaba
en todo momento, al término de ser parte del debate en horas de alimentación y
el descanso.
Al instante de solicitarse
su activación, se comienza a vivir la realidad, y la promesa escrita pasó a
formar parte entre las tantas ofertas engañosas y populistas diseñadas
electoralmente para ese entonces. La usencia de reglamento de Ley, las hace
inviables, y generan contradicciones entre quienes la promueven, porque el
mismo es manipulado según la conveniencia del gobernante a través del ente
electoral, al violentar las “supuestas” condiciones establecidas para la
activación del RR, según resolución N 070906-2770 del 06-09-2007, luego de
recibir y admitir la solicitud, elimina de ipso facto la recolección del 1% de
las firmas “requeridas” para la legitimidad de organizaciones demandantes. Nada
bueno presagiaba ese abuso de autoridad.
La decisión de tres rectores
del ente electoral promueve la desconfianza de los ciudadanos sobre el RR, al
dictaminar que la recolección del 20% de las firmas de electores debe hacerse
el día miércoles 26 de enero, y por Entidades Regionales, lo que hace imposible
obtener las mismas. Allí no hay chance de promocionar nada, menos lograr la movilización
de los votantes requerido por cada Estado. Es un madrugonazo del oficialismo
diría mi abuela Agripina. A eso le sumo, “es una burla a la farsa establecida”.
Se pasaron por el forro el manual de normas anteriormente descrito.
Dos decisiones se moverían
en torno a ese RR: la demora, o el anticipo. El régimen apostó por el segundo. Pero
de haber jugado en el primero, la estrategia hubiese sido retrasar el proceso
hasta el 2023, para de ser revocado el actual mandatario, evitar el llamado a
elecciones, y nombrar en su sustitución, para concluir el periodo
gubernamental, por efectos de la Ley, a la actual vicepresidente Delcy
Rodríguez, o a quien designe la cúpula del PSUV en correspondencia con gobierno
cubano y ruso. Eso en nada ayuda al restablecimiento del Estado de Derecho.
La desorganización y desunión
en la disidencia al régimen, y el no reconocimiento a la situación, hace que procedimientos
como ese, permítanme decirlo, y no por eso soy contrario al planteamiento del
RR, que allí se atornille al oficialismo nuevamente en el poder. Gobierno atacó
la debilidad de la oposición.
Arturo Molina
@jarturomolina1
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