EL AGUIJÓN
EL SOL LES DARÁ LA ESPALDA
POR: ARTURO MOLINA
El poder envilece a quienes
lo asumen desproporcionadamente. Hay quienes en momento determinado alcanzan
cierta popularidad y la confunden con liderazgo. Dan a conocer su verdadero
perfil egocéntrico. Arrogantes escondidos en la marea de la democracia, al
tener oportunidad van contra las instituciones, y el Estado de Derecho
establecido a través de la Constitución de la República. El abuso sin reparo
les hace creer que nadie se atreverá a ir en contra de sus caprichos. La
injusticia es su emblema, y aplican las Leyes según su conveniencia.
La desproporción que reina
en las huestes del gobierno nacional para hacer del abuso la norma, plantea
debate responsable sobre el asunto. Desde protestar, hasta gerenciar la
administración pública se convierte en delito para los disidentes del régimen.
El grado de obstrucción a la justicia llega a extremos insospechados. Sucedió
con los llamados trabajadores del petróleo; igual con los presos políticos a
quienes se les sembró evidencia para imputar delitos inexistentes. Se
expropiaron propiedades privadas a ciudadanos y sus familias por pensar
distinto, hasta dejar morir a quienes reclamaban justicia. Toda una
parafernalia salida del odio contra quienes lograron ingresos y prosperidad. La
miseria encontró asiento en aquellos que vivieron bajo la influencia de la
lástima.
Venezuela es un país que
goza de la generosidad de la naturaleza, pero encontró en seres humanos
amamantados por los adoradores del oprobio, camino expedito para catapultar sus
aberraciones contra el progreso de la sociedad. Mezquinos en el trato, e irrespeto
permanente a las ideas contrarias, han intentado sembrar sus desafueros a la
fuerza. Esa es su verdadera identidad. Transforman las decisiones en vulgares
expresiones personales de venganza, para sembrar terror, y obligar a sus víctimas
a seguir sus prejuicios. Les abunda el desconocimiento, y obedecen silenciosos
para no ser execrados.
En los eventos electorales
crean cualquier falso positivo para distraer, y generar desconfianza de los
electores en el sistema digital del voto. Practicantes del desencanto,
afinan estrategia proselitista en veneración a supuestos mesías. Usurpadores de
los espacios legítimamente alcanzados, satanizan las ideas y profieren golpes
bajos a sus contrarios. Acusan a otros de corrupción, y les privan de la
libertad, y son ellos, los saqueadores del erario público de la nación. Al
final del túnel son esos señores propagadores de la injusticia, quienes se
quedaran sin seguidores; será el final de sus abusos y el retorno de la
justicia, y con ello el restablecimiento del estado de derecho. Allí, el sol
les dará la espalda.
Arturo Molina
@jarturomolina1
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