EL AGUIJÓN
NO
DEJAN DE SORPRENDER
POR: ARTURO MOLINA
Los señores del gobierno
nacional viven el desespero de aplicar el libreto de la pobreza en tiempos de
pandemia. Les resbala el sentimiento de la gente, porque fueron inyectados con
el virus de la insensibilidad humana. Son ese instrumento de laboratorio que
sirve a la perversión y está siempre presto a la destrucción de lo que ha sido
construido con sacrificio. Le llaman a eso revolución, y repiten como maquinas
cada palabra que les proporciona su lugar teniente. Su visión es reducida, y
elevan la bandera del vicio y la obscenidad como un triunfo.
La percepción de los
ciudadanos sobre ese estilo de gobernantes, es la presencia de seres
irracionales en los asuntos de la administración pública, y no es para menos,
porque a la mutilación de los servicios públicos, y atenciones básicas de las
personas, recurren además al exabrupto que representa la concentración excesiva
del poder, propio de los déspotas. Es el regreso a la ruralidad, y cuidado es a
la prehistoria. En la Venezuela de hoy, la comunicación ya ni siquiera va a ser
posible por el envío de cartas, habrá que regresar a las palomas mensajeras,
porque no siquiera a caballo se va a poder enviar mensajero.
La alimentación tiende a ser
rutina del pasado, ya no es necesaria en tiempos de los revolucionarios del
siglo XXI, quienes magistralmente intentan hacer posible el refrán de que todo
eso es mental, y por ello hay que aprender a controlarla. Ver a personas raquíticas,
desnutridas y desesperadas porque no tienen que comer, es para los señores del
régimen, un espejismo, insertado por los explotadores del proletariado, para
dominarlos y reventarlos. Tener oportunidad de casa propia, trabajo y salarios
dignos, conocer otros lugares y adquirir conocimientos para contribuir a
mejorar la calidad de vida, es la base de la utilización del obrero, por ello
el oficialismo apunta a que la mejor vida, es en desgracia.
El precepto de los señores
del sistema colectivista es que la educación debe ser para algunos de sus
allegados, jamás sobre la base de la pluralidad. La diversidad no tiene lugar
en ese sistema, y apuntan con fuerza al lo único en todos sus ámbitos. Denigran
de Hitler, y aplican su ejemplo, sustentados en las fechorías y asesinatos. Les
anima el reagrupamiento de factores radicales, contrarios a lo consensuado por
las mayorías, establecidas en la Constitución de la República. Allí anidan su
nicho, porque no creen en eso. Lo acontecido en suelo venezolano al exponer a
soldados, sin conocimiento del lugar, en confrontación con grupos subversivos allí
radicados, trae como conclusión que fueron expuestos para que fuesen
masacrados.
Son recalcitrantes y
ofensivos en la toma de decisiones porque se sienten seres superiores. Niegan oportunidades a las nuevas generaciones
y reniegan de los mayores. No dejan de sorprender, porque simplemente en ellos
nada es sorpresa. Aún así, la oportunidad de salir de la barbarie es la
participación ciudadana, y allí el voto es su máxima expresión.
ARTURO MOLINA
@JARTUROMS1
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