EL AGUIJÓN
LOS CUENTEROS
POR: ARTURO MOLINA
Los humoristas tradicionales
están siendo desplazados por la modernidad. Los cambios en escena son
inimaginables. Son historias difíciles de olvidar. Las parodias de ayer, se
plantean de forma distinta en el presente. Anteriormente de una escena, hecho o
acontecimiento, el profesional del humor, el estudioso y creativo, generaba la
suya. Así eran reconocidos al llevar sus producciones a presentaciones en
público. Los teatros eran insuficientes para albergar a los asistentes. Era la
distracción del buen humor. Ahora, eso no es necesario. Basta con leer, ver o
escuchar declaraciones de algunos opinadores, que tienen por oficio hacer nada,
y entender el origen de una nueva clase del hacer reír.
La captación de esos novedosos
y creativos señores del relax, se hace en panaderías, y en las redes sociales. Sirven
para sentarse y esperar a ver quien les brinda el café, y luego se lanzan con
sus autenticas habilidades, es decir, a la propagación del chisme. Ya no es
necesario que los dueños de los medios contraten a profesionales para hacer ese
trabajo y publicarlo, esa inversión se transformó en gasto. Hay espacios en que
la nota aparece sola. Podrían ser esos personajes realmente profesionales y
estar haciendo su trabajo en los términos del pago que reciben, y la
desinformación de ese evento, supone que no hacen otra cosa que ser holgazanes.
Así estarían sirviendo disimuladamente al servicio de sus contratantes de forma
eficiente.
El escenario de la política
abarca el primer lugar en esa creativa chismografía. Allí destrozan a
profundidad a su carnada. Montan los escenarios de la conspiración, y a sus
grupúsculos les animan a esparcir un solo mensaje en contra de su oponente. Su
especialidad es ser otorrinos. Así ocupan buenas butacas. La desgracia del
desgraciado radica en lo que le crean y esparcen estos señores, con la modestia
del caso. Si es del sexo masculino y
está casado, le montan amantes, y si lo ven con otros hombres anuncian que es
gay. De ser del sexo femenino, casada o soltera, y le ven conversando con
hombres, la etiquetan de prostituta y cachera, y hasta de lesbiana si no
consiguen con quien asociarla. La verdad es que son esos nuevos humoristas
excelsos en su investigación y severos en su criterio los que animan al público
actualmente. Ellos se la saben todas, los demás son pendejos. Así son las cosas
diría el señor Oscar Yánez, con esa voz regia y risa burlona. Ni hablar cuando
montan la trama de lo robado, allí los vuelven polvo.
Lo que llama la atención es
que son esos nuevos humoristas los que gritaban que no se podía ir a elecciones
con el Consejo Nacional Electoral del régimen, y tuvieron altísima sintonía,
logrando que el oficialismo se apropiara de la mayoría de diputados en la
Asamblea Nacional. Los mismos que ahora hablan de salvación nacional. Barajan
su apuesta en la participación de elecciones regionales y municipales, pero no
quieren ir a primarias, porque ven la política y los cargos de representación
popular como una especie de dinastía o herencia. Florecen como el monte en
temporada de lluvia, y se marchitan al llegar la sequía, porque viven
deambulando en torno a la bolita mágica. Así sucedió con el paro petrolero, aun
cuando los resultados fueron beneficiosos para los revolucionarios siglo XXI.
Actores estos que no sienten
pena de expresar el libreto dado por unos cuantos pesos que les permite seguir
de vagos. Esos son los verdaderos benefactores del actual gobierno nacional. La
expresión a relucir en esos lugares del nuevo humor debe ser “quien no se
cuente en las primarias, es porque está a favor del régimen”. Allí la historia
y ubicación de los verdaderos alacranes, ahora devenidos en cuenteros.
ARTURO MOLINA
@jarturoms1
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jarturomolina@gmail.com