EL AGUIJÓN
EL
TRABAJO Y LOS TRABAJADORES
POR: ARTURO MOLINA
Se arriba al primero de mayo
2021, con los revolucionarios siglo XXI al frente del poder nacional. Ya son 23
años, llenos de penurias y agravios a las personas. La crisis socio económico se
hace difícil de sobrellevar. Se le conculcan los derechos a los ciudadanos
permanentemente, y la censura es abismal.
Las reivindicaciones de los
trabajadores en función del trabajo desempeñado es una barrera para el
oficialismo en su propósito de imponer la sumisión a los ciudadanos. Beneficios
en áreas de la salud los han llevado a su mínima expresión, y los centros de
atención primaria que ayudaban a mitigar situaciones difíciles, los dejaron en
ruina y a merced del hampa. Hasta el IPASME de los educadores, es muestra del
monumento de la desidia gubernamental. A
eso le llaman revolución, es decir, el salto al vacío y arribo de la inoperancia.
La cárcel surge como garantía
para aquellos dirigentes sindicales que osen desafiar al régimen, y con ello la
persecución a los trabajadores que se afilien a sindicatos y gremios disidentes
al oficialismo. No en vano, el ejercicio de las profesiones en Venezuela es nutritivo
para el pro oficialista y raquítico para el disidente. Todas son sometidas al
filtro gubernamental. Aquí el derecho al trabajo lo llevan al jala mecate
rodilla en tierra. Mención especial al periodismo independiente, quienes
reciben estiércol por sus hazañas de informar. El trabajo dignifica, y a los
gobernantes totalitarios les produce picazón en el ano, decía mi abuela
Agripina, por ello anuncian limosnas, destruyen salarios y mantienen a la gente
sin hacer nada. Les generan la pereza y posteriormente los esclavizan.
Ni hablar de los jubilados,
quienes después de trabajar duramente en sus años de juventud, al llegar el
momento del descanso los ven como la lepra en expansión. Les niegan todo, les
quitan lo que habían logrado con su esfuerzo, y les tratan miserablemente. La
sabia de la vida no se inmuta, sigue firme en su propósito de lograr influir en
las nuevas generaciones la importancia de cambiar el actual sistema de gobierno.
Entienden los mayores que la carrera no es de velocidad, es de resistencia, y
trabajan en función de la organización de la sociedad. Miran con ternura al
contrario, aun haciéndoles daño el menesteroso. El tiempo de Dios es perfecto,
y cada quien en su momento pagará ante él por sus culpas.
La lucha de los trabajadores no es por el salario, es
por el derecho al trabajo digno y la libertad. Si no hay cambio de modelo
político, la situación va a empeorar. La disidencia tiene la responsabilidad de
frenar el totalitarismo gubernamental. Las elecciones de Gobernadores y
Alcaldes en diciembre 2021, es otra oportunidad.
ARTURO MOLINA
@jarturoms1
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jarturomolina@gmail.com