EL AGUIJÓN
RESPUESTAS SIMPLES A PROBLEMAS
COMPLEJOS
POR: ARTURO MOLINA
El mundo tiene gobernantes
que actúan con insensatez. Escasamente algunos atizan a entender el dilema que
encierra la gobernanza actual y accionan en correspondencia. La presencia del covid19
ha dejado certeza de la vulnerabilidad ciudadana. La incompetencia se ha
apoderado de los estamentos del poder político, y con ello la toma de
decisiones queda en manos de necios. Las advertencias que la ciencia ha reiterado
han sido desoídas. El día de la tierra es la oportunidad panfletaria de gobernantes sediciosos. Las redes sociales
traspasan la barrera de la información-desinformación, para convertirse en
herramienta para gobernar. La inconsciencia abrió paso al fango de la miseria y
desorden, olvidando los gobernantes que para poder administrar a otros, es
necesario administrarse a sí mismo.
El pánico y la implosión
social entran en terreno frágil. La especulación y usura es el aliciente para
el régimen seguir evadiendo su responsabilidad y se apropie de lo poco que
queda del sector productivo privado. El propósito de establecer control total de
las personas sigue su curso, y la pandemia su coartada. Ello funciona porque
existen seres inescrupulosos que se prestan para la maniobra. Así los
revolucionarios siglo XXI satanizan gestión de gobernadores que le adversan, amenazándolos,
quitándoles competencias ilegalmente, aplicando estado de sitio, disfrazado de
emergencia humanitaria. Prudente y asertiva fue la decisión que tomaron gobernantes
regionales y diputados a la Asamblea Nacional (AN) de la alternativa
democrática, al asumir sus responsabilidades legítimamente dadas por los
ciudadanos y la Ley, dejando al descubierto ante el mundo la concepción
totalitaria del oficialismo. Lo contrario sería la entrega total del poder al
tirano, como ocurrió con la AN de 2005.
Las condiciones socio
políticas han cambiado radicalmente en el mundo. La pandemia va a pasar, pero
los estragos que deja no van a superarse con especulación, expropiaciones,
usura, menos con el control social de los habitantes. Es la conciencia
ciudadana la que va a prevalecer para limpiar y aceitar el engranaje que ponga
en funcionamiento nuevamente el país, sustentado en el sistema de libertades.
No se puede avanzar hacia el desarrollo con gobernantes mediocres que imponen
la miseria como sistema de gobierno y se aferran al poder para usufructuar la
cosa pública a través de la corrupción e impunidad. Hay que deslastrarse de las
respuestas simples a problemas complejos.
ARTURO MOLINA
@JARTUROMS1
jarturomolina@gmail.com