EL AGUIJÓN
DEFICIENTES
SERVICIOS PUBLICOS Y COVID19: NO SON UNA QUIMERA
POR: ARTURO MOLINA
La pandemia del covid19 ha
generado diversidad de opiniones en el mundo. Los hay desde la perspectiva de
un nuevo orden social, hasta los que persisten en estratagemas añejos. Unos gobernantes
se ubican en contexto de mejorar condiciones de vida de sus ciudadanos, otros
en desmejorarla. La era de la tecnología y expansión del conocimiento dieron
connotación relevante al nuevo siglo. A casi 20 años de ese arribo las diferencias
son abismales entre los países desarrollados, y los no desarrollados. Algunos
nadan en el medio, luchando por no quedar rezagados. Los de avanzada
entendieron lo que significa inversión, amplitud, productividad, calidad, y
seleccionaron su nivel de participación, otros tienen la visión del gasto y el
monopolio de la producción y control social de los habitantes.
En Venezuela el oficialismo
impone la estatización para quebrar el impulso de la desestatización,
fortaleciendo su propósito inoperante, y asumen a modo de burla para con los
ciudadanos el reclamo por la deficiencia de los servicios públicos en general. La
sociedad demanda cambios profundos a lo interno y externo del país. Los
interlocutores naturales se encuentran distanciados de esa realidad. Proyectos
de envergadura nacional como el educativo, tecno científico, seguridad
ciudadana, políticas sociales, sistemas de producción, son administrados a capricho
del gobernante con la finalidad de monopolizar y sostener la dependencia de las
personas hacia el régimen, características propias del sistema colectivista,
anclada en la corrupción y la pobreza.
Los cambios socio políticos
y el saneamiento de la economía requiere en principio de restablecer el sistema
de libertades, rescatando a su vez la confianza y credibilidad de las personas
hacia sus representantes, afianzando propuestas que unifiquen las políticas
económicas y sociales, para alcanzar distribución equitativa del ingreso, con
la participación de gremios, sindicatos y patronos, privilegiando la
competitividad, el desarrollo del mercado, calidad y productividad, integrados
a la innovación tecnológica y sustentados en la responsabilidad social y
orientación democrática de la economía, con miras a mejorar la calidad de vida
de los ciudadanos.
La fortaleza de Venezuela es
su recurso humano y su extraordinario talento. El comunismo será permanente si
no hay liderazgo que interprete el sentimiento de la sociedad. La confianza reside
en reconocer que existe adversario fuerte que se activa para sostener el poder
permanentemente con la finalidad expoliar los recursos naturales y sostener con
sus ingresos el sistema colectivista que reina en otras latitudes. La educación
en democracia es el pilar para avanzar en condiciones de vida dignas para los
ciudadanos. El modelo político lo deciden las personas. La deficiencia de los
servicios públicos y el covid19 no son una quimera.
ARTURO MOLINA
@JARTUROMS1
jarturomolina@gmail.com