EL AGUIJÓN
VENEZUELA
2020
POR: ARTURO MOLINA
Con el 2019 se termina una
década y con el 2020 inicia otra. Año tras año los ciudadanos venezolanos viven
momentos de dificultad garantizada por las políticas de sufrimiento
implementadas por los socialistas siglo XXI. La decadencia institucional y el
servilismo es la apuesta de los revolucionarios para hacerse del poder
eternamente. Son seres que se creen poseídos por el don del endiosamiento.
Imitadores de personajes que en la literatura expandida por la pluma de
esquiroles, han vendido grandezas para tapar la repugnancia que de ellos
derivan sus acciones. Criados caprichosamente o maltratos por sus padres,
asienten la necesidad de venganza e imponen el poder absoluto sobre los menos
afortunados, susurrando a favor de estos, para hacerse de su apoyo e imponer
sus atrocidades.
La cúpula de los
revolucionarios siglo XXI pretenden calcar las crueldades del emperador
Calígula, o de asesinos como Stalin. Sus visiones revolucionarias la llevan en
mascaras, tal vez las mismas que utilizó Soso para cometer sus fechorías.
Aprendieron el arte de la mentira, manipulación y el saqueo. Se formaron en el
manejo de las armas, los atracos a bancos y el vivir a expensas de los demás
para mantener y fortalecer la revolución. El ateísmo es parte de su grandeza,
por ello atentan contra valores cristianos. El radicalismo es en esencia su
manera de evitar la paz, y propugnaron la guerra y la muerte. Los trabajadores
fueron utilizados para subvertir y generar destrozo, alboroto y confrontación entre
ellos mismos. Los socialistas siglo XXI no tardaran en hablar de su don divino,
y buscaran desesperadamente desplazar a Dios (Jesús de Nazareth), para implantar
el suyo. Así lo entendió el emperador romano Calígula, y lo hizo suyo el
dictador Soviético Stalin.
Los ciudadanos venezolanos
esperan entendimiento entre líderes de las oposiciones. La tregua es necesaria
para alcanzar el cambio de sistema político. Los errores han venido cerrando
esa posibilidad, pero han sido provocados por todos, sin excepción. Por los que
en el ayer no escucharon a las personas que reclamaban cambios; los que
llamaron a la abstención para las parlamentarias 2005; por los que convocaron
al paro petrolero y vendieron falsas expectativas para al final atornillar en
el poder a quien se encontraba liquidado; para los que emplazaron a referéndum
revocatorio presidencial teniendo a las puertas elecciones regionales y
municipales que podían dar al traste con las intenciones absolutistas de los
revolucionarios siglo XXI, y que al final convirtieron al tirano en gobernante
único, porque hasta la oposición la desaparecieron con tamaña estupidez. La
honestidad en el planteamiento no se puede evadir.
El poder envilece,
transforma y perjudica a quienes no tienen formación cívica y moral. Las
alianzas son necesarias en tiempos de dificultad. David Morales Bello expreso
en el seno del antiguo Congreso Nacional “muerte a los golpistas” cuando los
revolucionarios siglo XXI decidieron dar el golpe de estado al ex presidente
Carlos Andrés Pérez. Rafael Caldera creyó lo contrario y uso el pódium del
Congreso Nacional para expresar discurso que le permitió erigirse nuevamente
como presidente de la República (creó el chiripero, allí participó incluso el
partido comunista).
Hoy a 20 años de la tragedia
que tiene anclado y en retroceso a la sociedad venezolana, el silbido es
participar en los procesos electorales por venir. Esa es la vía para salir de
la barbarie, opresión y sufrimiento implementado por el socialismo siglo XXI, y
hay que gritarlo y debatirlo abiertamente ante los ciudadanos. Entramos en la
Venezuela 2020.
ARTURO MOLINA
@jarturoms1
www.jarturomolina.blogspot.com