El
AGUIJÓN
LOS VAMOS A JODER
POR: ARTURO MOLINA
La
expresión viene del vice presidente del partido unido socialista de Venezuela
(PSUV), al referirse a la actividad de protesta realizada el día sábado
16 de noviembre 2019 por parte de la alternativa democrática, y surgen en
consecuencia diversas interrogantes ¿Se puede joder más a un país y su gente?
¿No les ha bastado con destruir el aparato productivo, generar desempleo,
inflación, hambre y miseria a granel? ¿Todavía pretenden seguir destruyendo lo
que ya es ceniza? ¿La diáspora les ha servido para la burla? ¿Ver a los
ciudadanos comiendo de la basura les genera grandeza? ¿Se aferran a la
arrogancia y prepotencia cómo excusa ante la ignorancia que representan? ¿La
entrega a extranjeros de la explotación de la riqueza natural y daño al
ambiente y el hábitat la aplauden según su miseria?
Cada
venezolano debe asumir su compromiso con lo que desea y quiere para el país.
Esa es la vitrina para avanzar o retroceder. Los gobiernos extranjeros apoyarán
según la condición ideológica o interés particular a los dirigentes en pugna
por el poder. Así los que apuntalaban ayer a unos, al cambiar de gobernante el
soporte se lo ofrecen al otro, demostración que el tablero internacional tiende
también a la polarización, y la confrontación sigue en el ellos o nosotros. La
radicalización alcanza tal inmadurez política que cualquier alianza con factor
político condenado genera reacción inmediata de desprecio del bando opuesto, y
de allí a sus seguidores en la multiplicación del mensaje. Cada quien destruye
lo que el otro construye. Los factores intermedios son criminalizados y sus
propuestas desechadas.
Los
ciudadanos venezolanos intentan canalizar sus energías a favor de mejorar las
condiciones de vida que ofrece el régimen de los revolucionarios siglo XXI,
pero se encuentran cercados por la desesperanza e insensatez emanados por los
inmediatistas, quienes salen en cada acción emprendida para exigir cambios en
la conducción del gobierno, a agregarle expectativas fuera del contexto, que
calan en las personas producto de la crisis política-económica-social
prolongada por la que se atraviesa, fortaleciendo al régimen y debilitando la
disidencia. Los choques se ven incluso en las propias concentraciones, unos
gritan babosadas y quienes toman el micrófono terminan largos discursos sin
decir nada útil que aplaque los excesos.
La
ausencia de orientación y organización política está haciendo estragos en la
disidencia. Las convocatorias son resultado de ese escenario. Millones exigen
cambio de gobierno. Capitalizar el descontento es obra de actores y estrategias
direccionadas a captar la confianza y credibilidad de quienes se encuentran en
duda y son presa fácil de la manipulación. El objetivo está claro, la
metodología para alcanzarlo, no. Tal vez de esas menudencias nazcan expresiones
como la señalada en el título del artículo: los vamos a joder. Pero una
cosa es querer y otra es poder.
ARTURO
MOLINA
@jarturoms1
www.jarturomolina.blogspot.com
