EL AGUIJÓN
ALZHÉIMER
POR: ARTURO MOLINA
Los venezolanos viven
momentos de angustia las 24 horas redondeadas del día. Las flechas sin
dirección se escurren con tal sobresalto que no se logra detectar su lugar de
origen. El objetivo se diseminó para dar paso a la aventura. Las expectativas
en el seno de la alternativa democrática, se transforman en elucubraciones y
estás en llanto, risa, rabia, malestar, dolor y desorientación. Se acumulan
falsas promesas para fortalecer lo banal. El debate se centra en la forma, y se
desprecia el fondo, abrigando discusiones inútiles entre “lo mío es lo que
sirve, lo suyo es entrega, colaboracionismo, disfraz”. La incertidumbre hace de
las suyas en la memoria del ciudadano, vulnerándose la credibilidad de los dirigentes
políticos y sus organizaciones partidistas, y con ello cualquier intento de
salida política a la crisis generalizada, desde el acuerdo. La polarización
política estremece el escenario, y después de aparecida es difícil erradicarla,
y allí se afianza la anti política para nadar en aguas turbulentas.
En el seno de la Asamblea
Nacional (AN) se avanza con el nombramiento del comité de postulaciones para el
nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), y por arte de magia aparecen los
destructores con batería de descrédito a
esa posibilidad. “No se puede aceptar que sean ellos quienes nombren ese órgano
electoral, tienen que ser otros”. Son los mismos que años atrás decían que el “voto
debía ser automatizado porque el voto manual servía para el fraude”. Ahora que
es automatizado apuestan a favor del mantenimiento de la desgracia. Así lo
hicieron con las parlamentarias del 2005, y siguen con el mismo discurso. Al
final apuestan a que la era de la participación ciudadana termine, para hacerse
del poder por la vía de la dedocracia. Pretenden imponer una sonrisa, encuesta
y listo, suficiente para hacer lo que le parezca. Juegan al nosotros o ellos,
no diferencian ni valoran la pluralidad, el reconocimiento. Se suman con el
verbo para llamar al igual que los revolucionarios siglo XXI a los oponentes como enemigos. Retan a la
radicalización para mantenerse en el escenario.
Los dirigentes políticos
están obligados a tomar decisiones a favor de los ciudadanos. Las Leyes no
pueden seguir siendo pisoteadas por habladores de pendejadas, que escasamente
aprendieron a cambiar de ropa interior. La mayoría de los venezolanos está
exigiendo, no rogando, el cambio de sistema político. Apuestan a la salida
electoral. Esgrimen con razón, condiciones mínimas para avanzar en las elecciones
presidenciales. No se puede seguir en manos de inexpertos y ambiciosos
desmedidos, que a través de las redes sociales intentan manipular la percepción
de las personas. Los acuerdos políticos son fundamentales entre factores de la
alternativa democrática, para ir con propuesta unitaria a consolidar el
objetivo de restablecer el sistema de libertades en suelo venezolano. La crisis
general impuesta por el régimen, arrecia. Los débiles llevan la peor carga y
sufrimiento de esa brutalidad. La legitimidad de la AN, y sus decisiones, es el
bastión para indicar ruta y deshacer laboratorios auspiciados por
inescrupulosos en contra del sistema de libertades, creyendo que la sociedad
venezolana padece alzhéimer.
ARTURO MOLINA
@jarturoms1
www.jarturomolina.blogspot.com