EL AGUIJÓN
SE
DESATAN LOS DEMONIOS
POR: ARTURO MOLINA

La gobernadora del Táchira,
abogada Laidy Gómez, al parecer está moviendo pasiones en los bandos que
aspiran el poder regional, tanto de algunos de oposición como los ligados al
régimen. Del lado de la oposición en determinado momento se ha sembrado duda en
los habitantes disidentes al oficialismo para provocar rechazo, e incluso han
utilizado escenarios manipulando a los presentes, especie de emboscada, para
que le piten en su aparición pública. El desespero de esos aspirantes ocultos
(no tanto, ellos solos han salido al descubierto), ha llegado a los extremos de
asociarla al régimen por el solo hecho de no expresar lo que a ellos mejor les
parece. Al mezclarse con la politiquería, no les permite entender de estadista,
precaución, tolerancia. Son como dicen los chamos de hoy: INTENSOS.
Hace unos meses se ensañaron
con ella porque se había juramentado ante la ANC, siendo está una decisión
consultada con diversos sectores de la sociedad tachirense, quienes le
solicitaron que lo hiciera, para no dejar en manos de los revolucionarios siglo
XXI la gobernación del Táchira, así lo hizo, y el tiempo le ha dado la razón.
Igual aconteció cuando cantaron que no apoyaba a Guaidó, pero es acusada por
los revolucionarios siglo XXI de ser su representante en suelo tachirense.
Saque su conclusión.
Con el correr del almanaque,
la gobernadora Laidy Gómez asumiendo el rol otorgado por los ciudadanos, se ha
dedicado con firmeza a alcanzar y realizar labor social para todos, sin
distinción política partidista, menos exigiendo carnet alguno. Sin descuidar
áreas del sector público, ha destinado de los escasos recursos que recibe
inversiones a la salud y alimentación, donde se evidencian enfermedades y desnutrición
avanzada en adultos y la niñez. Tampoco ha dejado de contactar a organismos
internacionales para canalizar ayuda que permita superar el dantesco cuadro por
el que atraviesan los tachirenses.
La realidad que padece la frontera,
la llevo a denunciar ante los órganos centrales la presencia de grupos
irregulares (guerrilleros y paramilitares), quienes someten a los pobladores y
se erigen como los dueños del lugar, violentando la soberanía nacional. El
contrabando de gasolina fue otro detonante que enfrentó la autoridad regional, al
igual que el gas doméstico, causando malestar en funcionarios del oficialismo.
Igual reclamo ha hecho para exigir la homologación de salarios a los docentes
dependientes del Ejecutivo Regional con los nacionales. La respuesta de los
revolucionarios siglo XXI es acusarla de estar del lado de grupo paramilitar. Pote
de humo para correr la arruga y que la sociedad desvíe la mirada de lo que
realmente acontece, cuando gobernantes del hermano país de Colombia han
denunciado que el régimen de Venezuela ampara a los guerrilleros disidentes que
son buscados por la policía internacional, para ser sometidos a la justicia por
diversos crímenes de lesa humanidad.
El régimen quiere hacerse de
la gobernación del Táchira para amparar sus excesos y continuar sus
marramuncias. Laidy Gómez se ha convertido en la piedra del zapato, y alza su
voz para exigir respeto a las regiones. Mañana la van a acusar de ser la
responsable de la inflación, el hambre y la pobreza. Eso es miedo, genera
descontrol y desatan los demonios.
ARTURO MOLINA
@jarturoms1
www.jarturomolina.blogspot.com