EL AGUIJÓN
AL
COBARDE
POR: ARTURO MOLINA

El cobarde arremete contra
el dirigente que se muestra en público y se equivoca al hacer propuesta no
gustosa a sus bajos instintos. Transforma en locura la sapiencia y en acto de
bondad la estupidez. Se nutre de la inocencia y desesperanza para crear
expectativas falaces y eliminar contrarios a su indignante proceder. Desprecia
y maltrata las organizaciones sociales, políticas y comunitarias con verbo
hiriente, odio espantoso, y en el umbral de su regazo se sienta con sonrisa cínica
a beber escocés.
El cobarde ofrece atajos a
los ciudadanos para salir de la crisis, para ganar tiempo a favor de sus
fechorías. Es el ser que traiciona a toda una nación por sus intereses particulares.
Es el gusano que anida en los gobiernos para chupar y enriquecerse con los
dineros del erario público. Es el irresponsable de ayer que pretende ser el
niño bondadoso hoy. El conspirador por naturaleza contra las cosas buenas,
porque su esencia es la maldad.
El cobarde no admite
competencia. Está atento a quienes pretenden serruchar su grandeza. Ama las
colas e impulsa la escasez. La pobreza se asemeja a él. La muerte es su
inspiración. La tragedia su mejor expresión. Sucumbe con rapidez en la bajeza,
su nivel cultural le da igual. Ve la escuela como enemiga, y la universidad le
causa estreñimiento. Camina por la vida, sin que la vida camine en él.
La crisis venezolana tiene a
unos cuantos cobardes a su alrededor. La sociedad aprende a distinguirlos,
ubicarlos e irlos alejando. El irresponsable de ayer no va a cambiar hoy. Las
mascaras que usen terminan cayendo en la arena de lo racional. Cambiar el
actual sistema político es la alternativa para salir de la barbarie. La unión,
organización, disciplina y estrategia son necesarias para alcanzar el
propósito. Hay que deslastrarse de los cobardes.
ARTURO MOLINA
@jarturoms1
www.jarturomolina.blogspot.com