EL AGUIJÓN
LA
INCERTIDUMBRE GENERA DESCONFIANZA
POR: ARTURO
MOLINA
Las colas de los
venezolanos para la compra de alimentos, medicinas, gasolina se vienen
transformando en lugares de encuentro para el intercambio de ideas, en
oportunidades son lugares de apuestas. Hay quienes anuncian “el régimen se va;
la situación es grave; esos gobernantes no pueden seguir; la intervención
internacional está a la vuelta de la esquina; falta poco; el Presidente electo de
Colombia es el nuevo libertador; ese si es arrecho; tiene las pelotas en su
sitio, no como los otros”. Algunos son más determinantes “Maduro no dura 15
días más en el poder; ya el dinero no alcanza ni para comprar alimentos; si
está vaina sigue así, el otro mes me voy de Venezuela”, e incluso intervienen
los bromistas “tranquilos ya la economía se va a resolver, el nuevo cono monetario
y la eliminación de los 5 ceros es para pararle el trote a los comerciantes,
esos son los verdaderos especuladores”, y terminan acotando “claro está, Maduro
tiene que irse, ese fue un error del comandante; revisaron la cuenta del carnet
de la patria, depositaron…”. La reunión fortuita va tomando calor, y hay
quienes se llenan de valor y declaran que fueron “críticos severos de los
gobiernos de la cuarta, y denunciaron las relaciones sentimentales de altos burócratas
de esos gobiernos, y de la corrupción”. Otro, con cierto miedo, casi titubeando
deja colar “desde que llegó la revolución, los guerrilleros tomaron el
territorio de la frontera venezolana” “antes era el Cutufí” y alguien agrega “ahora
los tenemos anclados en las zonas productoras de la montaña”, “que montaña, los
tenemos aquí mismo, son vecinos y no sabemos a qué se dedican, ese es el logro
revolucionario, regalaron la patria a extranjeros”. De pronto como si se estuviera
consumiendo licor, y ya con unas cuantas bebidas en el cuerpo, aparecen de
forma natural sus propias vivencias familiares, y recuerdan con nostalgia tiempos
pasados. Todos ellos concluyen que lo de hoy es simplemente el desmadre, no
admite comparación. La desdicha se les dibuja en los rostros, y se confiesan
que fueron cautivados por el discurso del galáctico, y hasta en sus viviendas
quitaron retratos de sus familiares para colgar el rostro del comandante
supremo. Las lagrimas afloran, se escucha el arrepentimiento por el error
cometido, y la cólera aparece acompañada de palabras obscenas contra los
revolucionarios siglo XXI y algunos personajes de la oposición.
La crisis venezolana
tiene a los ciudadanos deambulando, y en condiciones similares se ve al régimen.
El socialismo siglo XXI presenta grietas difíciles de cerrar. Se anuncian debates
entre sus camaradas dirigentes para revisar situación gubernamental, y buscar
apoyo para continuar con el desastre planificado. Usan la estrategia comunicacional
para atraer seguidores, o mejor, recuperar camaradas. Al unísono se dejan ver
en público quejas de algunos enchufados para distraer y manipular al de a pie.
Toda una farsa entre ellos, y para ellos, necesaria. Se disputan la posición
del más malo, ninguno calza para malo, el daño está a la vista, ni las montañas
lo pueden ocultar.
Los factores adversos
al régimen siguen en peleas internas que alejan la posibilidad de alcanzar
acuerdos para dimensionar estrategia común y cristalizar el cambio anhelados
por la mayoría de los ciudadanos. La incertidumbre genera desconfianza.
ARTURO
MOLINA
@JARTUROMS1
www.jarturomolina.blogspot.com