EL AGUIJÓN
SOCIALISMO
SIGLO XXI ES UN DESASTRE
POR: ARTURO
MOLINA
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@JARTUROMS1
Los llamados
socialistas siglo XXI han mostrado al mundo que son los padrotes de la pobreza
y el desastre. Son los generadores de frustraciones sociales. Impulsan el credo
de la propiedad colectiva porque no tienen capacidad para crearse la suya,
deben en consecuencia apropiarse del esfuerzo de otro. Viven anclados en el
pasado y sus actuaciones provienen de la prehistoria. La política económica de
empobrecimiento se les fue de las manos. Los presupuestos familiares
colapsaron, y ahora invitan a criar cochinos, chivos y demás especies animales en
apartamentos y casas. Para todo tienen excusa. Las soluciones son pesadillas
para la sociedad.
El oficialismo no
percibe que hasta para comprar un lechón es insuficiente el ingreso que recibe
el ciudadano. Las verduras están con precios innombrables. Las semillas no se
consiguen en territorio nacional, y en consecuencia deben importarse con divisas
conseguidas en mercado negro. Los huevos alcanzan los cuatro millones de
bolívares por cartón, al igual que la carne, pollo y demás alimentos. Decirlo
es una cosa, adquirirlos es otra.
Después del 20 de mayo
no se ven mejoras, ni va a pasar, al contrario, la crisis se va a profundizar,
porque el sistema político imperante sigue en manos de los mismos actores
responsables del desastre e ineptitud gubernamental. Tampoco iba a cambiar si
gobernaba Bertuchi o Falcón. El tejido social fue destruido por el socialismo
siglo XXI, recomponerlo requiere de la integración de todos los sectores
sociales. La unidad de la sociedad democrática, diversa, pero demócrata, clama
ante el desbarajuste. El diagnostico existe, los actores para transformar esa
cruel realidad también. El acuerdo por el interés superior: VENEZUELA, no puede
seguirse prolongando. Si el problema es el otro, ¿porque convertir la solución
en el problema?
La diáspora crece, al
régimen le da igual. Las familias sufren, pasan momentos de dolor al ver a
seres queridos marcharse, bien porque buscan una vida mejor, o porque se les
mueren en sus propias narices sin poder ayudarlos. La opinión y presión
internacional ha hecho su trabajo. No le han servido las dólares al socialismo
siglo XXI para comprar voluntades. Ya las divisas extranjeras no las reciben a
granel. No hay préstamos y las deudas son mil millonarias. La producción
petrolera decrece permanentemente. Las demandas internacionales por países y
empresas exigiendo pagos e indemnizaciones por expropiaciones son abrumadoras.
Al final del día se ve
el resultado orquestado por la ignorancia: el socialismo del siglo XXI es un
desastre.
Arturo
Molina
www.jarturomolina.blogspot.com