EL AGUIJÓN
SIN
ACUERDO NO HAY PARAÍSO
POR: ARTURO
MOLINA
TWITTER: @Jarturoms1
La oposición venezolana
tiene el mismo propósito: desalojar del poder a los tiranos. El método los
distancia, y con eso se sostiene el actual régimen. Los que buscan la salida inmediata
anunciando que la solución a tal aberración no es la electoral, no terminan de esculpir la
otra vía, y los que promueven lo electoral tampoco logran acuerdo para
presentar alternativa real a los ciudadanos ante los abusos y atropellos.
La cúpula militar está
de espaldas al reclamo social. Son gobierno por los cuatro costados. El apoyo efímero
que recibe el régimen de sus seguidores es suficiente para profundizar las
amenazas, e imponer el hambre y la miseria a la mayoría de las personas,
cristalizar la claudicación, e instaurar el Estado Comunal que no registra la
Constitución, pero que hasta Ministerio crearon para su aplicación. Los tiranos
no reconocen leyes, hacen las suyas a su medida y en consecuencia las cambia
cuando así les da su parecer.
El liderazgo opositor
esta minimizado, no hay reconocimiento del ciudadano común a quienes se abogan
la representación de la disidencia, tal vez una sacudida hace falta a lo
interno para quitar la venda en los ojos. Expresiones como la transición está
cerca, el régimen está caído, falta muy poco, sigan resistiendo, fulano y
fulana se reunieron con tal y tal, ya decidieron lo que van a hacer para
liberar a Venezuela del yugo opresor, se oyen permanentemente, genera
expectativa y de inmediato la desilusión y de allí la rabia contra la dirigencia
disidente, apoyada por sectores radicales que juegan al todo o nada. La
solución no viene de afuera, debe surgir desde adentro. El tirano va a
perseguir, eso no va a cambiar.
El régimen sabe cada
paso que se genera desde la rivalidad opositora y actúa en consecuencia, y hay
que decirlo sin tapujos, lo hace de forma acertada, es su estrategia,
demostración de que existen y van por lo suyo, por ello ayuda en la promoción y
desarticulación de la disidencia.
El apoyo recibido de
diversos países del mundo pareciera se pudiera desplomar dada la inacción
interna. La intención que algunos esperan por la vía de la intervención militar
extranjera no goza del respaldo internacional. Las sanciones son una cosa, lo
otro es espejismo, ilusión en tiempos de la tecnología. Los intereses creados
por otras naciones en suelo venezolano no lo van a perder, les dieron papaya,
nos chulean y reclaman su inversión ayudando a los tiranos a sostenerse en el
poder. Es sencillo, son pragmáticos, su realidad no son las personas radicadas
en Venezuela, eso les sabe a estiércol.
La realidad que se vive
en suelo venezolano, debe llevar a la dirigencia opositora al entendimiento y
reagrupamiento a favor del interés superior: la libertad. Seguir con la necedad
y la inmadurez política será registrada, señalada y cobrada con rabia por las
nuevas generaciones. Sin acuerdo no hay paraíso.
Arturo
Molina
www.jarturomolina.blogspot.com