EL AGUIJÓN
POR: ARTURO MOLINA
@JARTUROMS1
La escena está planteada. El régimen argumenta sus desafueros
con represión y amenazas. Los derechos políticos pretenden conculcarlos para
proteger la clase dirigente corrupta e inescrupulosa a la que pertenecen. La
protesta cívica y democrática la quieren convertir en confrontación.
Pretende el oficialismo imponer la barbarie en todos los
estamentos. El rechazo del 80% de la sociedad al modelo político y económico desenmascara
el talante anti democrático de la cúpula del Partido Socialista Unido de
Venezuela (PSUV) y sus representantes gubernamentales, quienes se refugian en
las armas de grupos violentos y de algunos militares corruptos.
El régimen en su nerviosismo solicita permisos para protestar;
demandan despidos de funcionarios de la administración pública, por firmar para
la activación CONSTITUCIONAL del Referéndum Revocatorio (RR), o por
denunciar la pésima gestión que allí adelantan.
El oficialismo acordona a funcionarios de la Guardia Nacional
(GN) en las entradas y salidas a lo largo y ancho de la geografía nacional, y
trasladan a funcionarios de la recién creada Policía Nacional (PN) desde otros
estados del país a la Capital de la República, para obligarlos a agredir a los demócratas,
quienes protestan con sus pitos y bocinas.
Ahora hay un general para cada rubro alimenticio (que por
cierto, ya no se produce en tierra de Bolívar), pero es la forma de
congraciarse el extranjero con algunos altos militares, y a través de la dádiva “blindar” su apoyo.
La frase expresada de “aquí manda el pueblo” quedó en la retorica
atrapa despistados de la promesa revolucionaria.
El régimen pretende el silencio y a través de su Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ) anula decisiones del Poder Legislativo Nacional (AN),
institución legitimada el 6D 2015; Ayer el oficialismo era mayoría, alardeaban
y abusaban de sus curules contra otros representantes de la sociedad; hoy son minoría
y no lo aceptan, ensayan pisotearla.
La amenaza del extranjero Nicolás de actuar peor que Erdogan
(Presidente de Turquía) (suena a “se drogan”, y con “intenciones” de emular a
Hitler), es el propósito de los hermanos Castro para cobrar venganza contra los
venezolanos, al no permitir en los años sesenta la invasión que pretendieron
realizar a nuestro territorio. Es la factura contra los demócratas y la
democracia.
El extranjero no sólo usurpa el poder, sino además no tiene
idea de la textura de la que está hecho el venezolano. Olvida, para su tragedia,
que está en tierra de LIBERTADORES.
La mediocridad, desidia, hambre, muerte, odio y corrupción no
van a tener cabida en la Venezuela por venir. La impunidad no es el camino.
El reencuentro de los demócratas venezolanos, de cualquier
color e ideología política, renacerá, y con ello se fortalecerá la institucionalidad
y autonomía de los poderes públicos. La lucha es Democracias vs Nazismo.
ARTURO MOLINA.