REPRIMEN
PARA INHIBIR
Por
Claudio Fermín
Antonio Ledezma
ha sido detenido por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, conocido
por sus siglas, SEBIN. Ese organismo, dedicado a perseguir y detener políticos,
estudiantes y activistas que protestan contra la inseguridad y el alto costo de
la vida, es la policía más ocupada del país.
Las otras
policías ni se sienten. El tráfico de drogas ha aumentado en proporciones
enormes. Venezuela es territorio de drogas. Pero ese asunto las policías no lo
tocan ni con el pétalo de una rosa. Los jueces menos. Lo que no sabemos si es
porque le tienen miedo a esas mafias o es que están metidos en la pomada.
Los homicidios
llegaron a 25.000 el año 2013 y el 2014 a 26.000. A la policía tampoco eso le
llama la atención. Las bandas actúan a placer. Matan aquí, matan allá. No les
pasa nada. Padres y madres van una y otra vez a la Fiscalía, hacen diligencias
ante el CICPC, para saber si los asesinos de sus hijos fueron capturados y nada,
la impunidad es total.
El tesoro
público es saqueado. Multimillonarios de la farándula pesuvista se dan vida de
jeques en el exterior. Una nueva clase de billonarios se pavonea por
restaurantes y centros comerciales de acá, cuando les queda un tiempito después
de sus andanzas por Europa y por el Norte. El adorno público más costoso son
esas oficinas llamadas contralorías. Si se eliminan no pasa nada.
La soberanía
nacional es pisoteada por la guerrilla colombiana que hace de las suyas en
varios estados. Secuestran. Imponen pago de vacunas. Compran fincas a nombre de
quienes les da la gana y construyen su propio aliviadero. Se pasean libremente
por las calles. Bueno, hasta han tenido vara alta en Miraflores donde han
almorzado tranquilamente con los jefes de turno.
Esos
guerrilleros son acusados de crímenes horrendos en su país, pero aquí son
héroes, panas de la clase gobernante y las policías y el ejército ni voltean a
verlos.
Hay que
preguntarle a gandoleros y camioneros que transitan por las carreteras
venezolanas desde cuándo no los matraquean en las alcabalas. Pero eso tampoco
le importa a policías, fiscales, diputados y jueces.
Lo que si los
tiene muy ocupados es que haya políticos que denuncian la corrupción, que
reclaman el abandono de los hospitales, que protestan por la inseguridad que ha
decretado toque de queda en todo el territorio nacional. Políticos que gritan a
voz en cuello que Maduro regala el petróleo venezolano a los cubanos, quienes
lo revenden mientras aquí no hay para importar medicinas y repuestos para las maquinarias
agrícolas.
Lo que si
consideran un delito es que en manifestaciones públicas, a la luz del día, y
por declaraciones de prensa,esos políticosclaman por un cambio de gobierno
porque el que tenemos es malo. Yplantean que sea lo más rápido posible porque
la familia venezolana no soporta esta calamidad hasta 2019.
Por eso se
habla públicamente de la renuncia de Maduro, de convocar un revocatorio o una
Asamblea Nacional Constituyente. Ese debate no es gratuito. Es consecuencia de
la desesperación de un pueblo que ve marcharse a centenares de miles de sus
hijos porque aquí no tienen futuro. Ese debate es la respuesta cívica a la
opresión y al desgobierno.
Pero ese debate
no le gusta a los del pensamiento único. “Aquel a quien no le guste el
gobierno, que se vaya”, así gritaban con furia activistas chavistas hace unos
años. Hoy no deben estar tan furibundos porque su gobierno a quien proteste lo persigue
y lo encarcelan.
Tienen a unos
cuantos estudiantes tras las rejas y en los sótanos esos que llaman tumbas,
donde no llega luz solar, donde no ven a nadie, ni saben si es de día o de
noche. Torturas atrasadas las de los guardias nacionales
que le caen a cascazos a las mujeres o les meten fusiles por el ano a los
muchachos. Esta de las tumbas son torturas refinadas, ya puestas a prueba en
Cuba.
También tienen
a políticos presos. A Daniel Ceballos, a Leopoldo López. Ahora tienen a Antonio
Ledezma. Dicen, o dejaron correr ellos mismos, que encerrarán a Julio Borges y
a María Corina Machado, como si con eso el pueblo va a dejar de quejarse y a
decir que este gobierno es una maravilla.
A Ledezma,
hombre honorable y luchador de toda una vida, no lo callarán ni lo apaciguarán
con agresiones, torturas y bajezas. Sólo muestran su verdadero rostro de
esbirros. Suman una razón más para que el pueblo los repudie.
Los
verdugosseguirán ordenando persecuciones, cárceles y torturas. Las policías
mirarán para otro lado cuando pasen traficantes de drogas, corruptos, asesinos,
y guerrilleros que han enlutado sus pueblos y saqueado a nuestros productores,
pero pondrán tras las rejas a todo quien diga que Maduro no sirve, que este
gobierno empobrece a Venezuela y que hay que luchar para cambiarlo.
Creen que con
la indignación que estos escándalos generan el pueblo se va a encerrar en su
propia rabia y le tirará la puerta en la cara a quienes busquen votos para
cambiar la Asamblea Nacional muda y títere que ha permitido la destrucción de
Venezuela. Nos encargaremos de que eso no ocurra, que la gente entienda que ese
es el propósito de todos estos atropellos.