EL HUMOR COMO ESTRATEGIA DE SOBREVIVENCIA

 

EL AGUIJÓN

EL HUMOR COMO ESTRATEGIA DE SOBREVIVENCIA

POR: ARTURO MOLINA

Los venezolanos viven momentos de sobresalto de forma permanente. Las buenas noticias no aterrizan por ninguna parte. El estrés se convierte en el compañero de ruta. Hay que trabajar triple y sin descanso para poder reunir los reales que le permitan el sustento de sobrevivencia a diario. Recibir bolívares como pago no es un atractivo por la devaluación que registra la moneda. Comprar un desayuno hoy equivale a una empanada mañana, y al siguiente día tiene que salir a pedir porque ya no tiene como hacerse de ese alimento. El humor es el refugio al que acuden las personas, para decirlo de alguna forma, resistir a la pesadilla interminable de la miseria. La pregunta que surge es ¿hasta cuándo se podrá sostener esa especie de resignación divertida?

Ya casi se termina el año 2024, y el venezolano, tal vez por costumbre, o por tener la esperanza de que la crisis económica, política y social va a finalizar en cualquier momento se ha sumergido en el arte del “resolver” y en las peores circunstancias. El derecho a vivir dignamente no encuentra espacio en la Venezuela del siglo XXI. La economía se ha convertido en un desafío constante. Se pudiera decir, incluso, que la gente sonríe para esconder el llanto. Se escuda en los memes y chistes para soportar con los labios apretados el proceso de adaptación al que los han inducido. El resultado de esa acción inconsciente termina fortaleciendo lo no normal, en normal. Si de abstracciones se puede hablar, entonces el valor del bolívar lo representa sin ambigüedad.

La capacidad de resistir ha elevado a los ciudadanos venezolanos a campeones en maratones. Todos los días desde que se levantan hasta que logran conciliar algunas horas de sueño, es dando carreras. Deben lidiar con la gasolina, los apagones eléctricos, la inflación, especulación, escases, y salarios devaluados al 100.000%. La improvisación es quien sostiene el timón, y la dirección sugerida es “bachaquear” para seguir resolviendo. Las sorpresas en el plano político no existen porque el resultado llega tal como lo cantaron con anterioridad. La ilusión colectiva sustentada en las falsas promesas electorales se recicla sin barreras. Los finales felices solo existen en las novelas dicen algunos, otros siguen jugando por lograrlo, apuestan a la esperanza de que el milagro se realice.

Lo que no se puede negar es que los venezolanos tienen la habilidad, envidiable o no, para calzar la sonrisa en medio de la adversidad. Ha hecho del humor su refugio porque les permite, así sea por un momento, apartar la realidad que le agobia. Tal vez para señalar de esa forma la crudeza que representa vivir en esa situación de precariedad, buscando alivio en esa revuelta que genera el desespero. Algunos humoristas han expresado a través de su arte, el reclamo, la protesta, pero los oídos de quienes tienen responsabilidad para con los gobernados tienen años que están tapados por los sedimentos que arrastra el viento. El país necesita de ciudadanos que no solo resistan, sino que sean capaces de impulsar cambios sin radicalismos absurdos, a través de la resiliencia y la creatividad, entendiendo que la justicia y la dignidad es lo que realmente puede hacernos libres, sin olvidar que el humor aligera la carga, pero no cambia las circunstancias.

ARTURO MOLINA

@jarturomolina1

www.trincheratachirense.blogspot.com

jarturomolina@gmail.com


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