JUBILADOS

 

EL AGUIJÓN

JUBILADOS

POR: ARTURO MOLINA

La jubilación es entendida, de acuerdo a la Ley, como un mecanismo administrativo que se aplica a los funcionarios al cumplir los años de servicio en las tareas encomendadas. Hay sectores que tienen algunos requisitos diferentes a otros, todo dentro del marco de la responsabilidad que se desempeña y el desgaste físico y mental que generan esas labores. El sector público es el que mayor cantidad de jubilados absorbe por su amplitud en los sectores que atiende. En el mismo los referidos a la salud y educación gozan de algunas prerrogativas distintas a los que activan en el resto de la administración.

La valoración y el respeto a los jubilados no tiene que ver con color político o militancia partidista. Es un derecho adquirido y consagrado en la legislación venezolana al que deben acogerse los gobernantes en el marco de la continuidad administrativa, y en consecuencia de la Constitución Nacional de la República y de las Leyes que de ella derivan. Aspirar a la justicia social y el bienestar colectivo desmejorando las condiciones socio-económicas a quienes han prestado sus servicios durante treinta (30) o más años, es desnaturalizar el trabajo realizado y desconocerles como personas y funcionarios.

Los educadores son pilares fundamentales en el crecimiento y desarrollo en cualquier sociedad. Sin educación de calidad, el resultado será una sociedad sin rumbo e improvisada. La calidad, además de las herramientas didácticas y tecnológicas indispensables para la formación, se sustenta en la pieza clave de la escalera: los docentes. Es imperativo que los gobernantes y gobernados reflexionen sobre la necesidad de garantizar el equilibrio y armonía en los funcionarios de la administración pública, cumpliendo con el derecho a la salud, recreación, bonificaciones, acceso a medicamentos y salarios plausibles.

Los funcionarios de la administración pública al llegar el momento de recibir su jubilación les asiste el derecho de vivir con dignidad, jamás estar detrás de gobernante alguno, mendingando su atención para que no les deje morir en la miseria. Disfrutar de los frutos de su esfuerzo no es solo una compensación de carácter económico, es la exigencia a su reconocimiento para entrar en una nueva etapa que requiere asumir con hidalguía el desafío que tienen por delante: envejecer y morir con respeto.

El pago de las prestaciones sociales no tiene por qué ser demorado. En Venezuela, nuevamente se está registrando un proceso acelerado de la devaluación de la moneda. Hay docentes dependientes del ejecutivo regional  del Táchira, que esperan el pago de las mismas desde febrero de 2024, pero aún no tienen respuesta de la cancelación de ese beneficio. ¿Será que las van a cancelar ajustadas a las realidades económicas? De no ser así, ¿Quiénes asumen esa responsabilidad? ¿Continuará la precariedad e incertidumbre?

ARTURO MOLINA

@jarturomolina1

www.trincheratachirense.blogspot.com

jarturomolina@gmail.com


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