EL AGUIJÓN
LA SOMBRA DE LA CENSURA
POR: ARTURO MOLINA
La
represión a la oposición, y a los medios de comunicación, es uno de los desafíos
que enfrentan quienes luchan a favor del sistema de libertades. Las tácticas
autoritarias para controlar a los medios de comunicación, y limitar así la libertad
de expresión, encuentra terreno amplio en suelo venezolano. Cientos de emisoras
de radio; canales de televisión y programas de opinión, han sido clausurados
por mandato del órgano del gobierno para las comunicaciones.
Los
programas de opinión de las emisoras y televisoras del Estado solo se admiten agentes
cercanos al régimen. La disidencia ha reclamado en infinidad de oportunidades
el derecho a ser entrevistados en esos espacios para emitir sus opiniones sobre
la situación del país, pero ha proliferado la descalificación como herramienta
para aplicar la exclusión, generando que los venezolanos solo tengan una de las
opiniones en discordia, y en este caso a favor de la que representa al gobierno
nacional. En algunas oportunidades se ha facilitado la participación de ciertos
opositores, pero se observa el sesgo que imponen a la misma.
Dirigentes
de oposición corren el riesgo de ser privados de libertad al desnudar las
atrocidades que se hacen desde algunas oficinas gubernamentales, dirigidas a
mancillar a los ciudadanos, y sus derechos constitucionales. La práctica de la
intimidación a los representantes de los partidos políticos de oposición, ha
mermado su eficiencia para el cumplimiento de sus competencias, coadyubando a
debilitar la participación de los electores en los eventos electorales. Esa táctica
le ha dado resultados favorables al oficialismo para mantenerse en el poder.
La
estrategia implementada le ha permito además a los factores del oficialismo hacerse
de los medios de comunicación, por la vía de la compra, o la expropiación, y en
ultima instancia, del cierre de las mismas para controlarlos de manera
efectiva, arrebatándoles los equipos de transmisión, catapultando la censura
como vía expedita para moldear la opinión a favor del gobierno. Quebrantamiento
que se transforma en amenaza a la democracia, y a la sociedad en general, al
cerrar la puerta a la pluralidad, diálogo y entendimiento entre ciudadanos
civilizados, para acordar soluciones a problemas presentes.
La
protesta ciudadana en reclamo a sus derechos es permanente. La respuesta es la
intransigencia. El David contra Goliat se visualiza dentro del escenario de la
crisis socioeconómica que viven las familias venezolanas. La protección de los
derechos humanos (DDHH), y la libertad de expresión, son prioridades en el
contexto del sistema de libertades. El esfuerzo por resistir la sombra de la
censura de régimen que reprime a la oposición, y los medios de comunicación, no
deja espacio a la disidencia para vacilar.
ARTURO MOLINA
@jarturomolina1
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