EL AGUIJÓN
¿PRIMARIAS EN OPOSICIÓN?
POR: ARTURO MOLINA
Diciembre
2024, elección presidencial. Candidato del sector oficialista uno (1);
candidatos de la oposición cien (100). No hubo acuerdo en las oposiciones, y en
consecuencia se visualiza que los revolucionarios siglo XXI se mantendrán en el
poder por otros seis (6) años. El veredicto esgrimido por el entonces líder de
esa revolución, se cumple: llegaran al 2030. La fiesta de los oficialistas es
en grande. Los gritos del no volverán reviven con frenesí. Son pocos ahora los
que aluden ese cantico, pero sus pulmones truenan a rabiar por el
acontecimiento. La minoría mantiene a la mayoría dispersa, dubitativa,
embobada. Los golpistas del año 1992, ahora en diferentes bandos, hacen sus
interpretaciones de los hechos. Unos asumen que la revolución desvió su camino;
otros se sienten representados por las actuales autoridades. Los ex militares
sienten que todavía no han cobrado por su gesta heroica. Persisten en su reclamo.
No están de acuerdo con lo cívico-militar, apuestan definitivamente por el
militar controlando al civil. Llegó el momento, hay que extinguir todo accionar
del sistema liberal hacia la prole. Ya tienen nuevamente legitimación para el
ejercicio del poder. No se puede seguir corriendo la arruga.
En
la acera del frente, los sectores de las oposiciones se atacan mutuamente (en
realidad tienen 24 años haciéndolo). Las culpas se dejan ver como la escabiosis
que brota en la piel de cualquier animal abandonado en la calle. Las cúpulas se
rasgan sus vestiduras. Etiquetan a quienes no se sumaron a sus designios, como
arrastrados al régimen. Algunos propietarios de los llamados medios de
comunicación independientes se prestan para la descalificación. El abono a
favor de la mentira, abunda. Los ciudadanos escuchan tales ataques. Se miran
entre sí. No terminan de entender a la clase política. Algunos ciudadanos
expresan que los dirigentes, sin liderazgo, pero dirigentes por su aparición en
público, se sienten los señores feudales en el territorio de la disidencia. No
se llama a bailar salsa, pero asumen el grito de cantar FRAUDE, para evadir la
responsabilidad de su propio desastre.
Los
nombres del G4 y sus derivados, generan ruido. Antes eran
abstencionistas-divisionistas, ahora son, eso, y excluyentes. Sintiéndose
químicamente puros convocaron a los suyos (seleccionados por ellos 4) al
concurso de una elección restringida. Los otros fueron excluidos, no podían
entrar a la competencia en el reino de los puros, al estar etiquetados por el
feudalismo cupular. El perfil para poder participar en ese escenario era el de
la obediencia a los amos. Se descartó la posibilidad de la propuesta
programática porque eso no genera votos. Se afianzaron en la promesa populista,
y el engaño a las personas bajo la falsa premisa de la esperanza, quienes
continúan pasando necesidades, y son a su vez presa fácil de los inspiradores
de la anti política y la mezquindad del odio.
Ya
no es la figura del interinato la que rodea los pasillos de las esferas del G4,
ni el de los parlamentarios de por vida; tampoco el de la quebrada y
desaparecida MONOMEROS. Ni siquiera los conciertos para la ayuda Humanitaria
los que hacen mella en el recuerdo de las personas, porque lo que se oye con
intensidad entre ellos mismos, es el llanto de las familias que ven como se les
terminó de arrebatar lo poco que les quedaba de dignidad. A ese escenario hay
quienes le llaman ¿primarias en la oposición?
ARTURO MOLINA
@jarturomolina1
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jarturomolina@gmail.com