EL AGUIJÓN
SIN ACUERDOS, NO HAY CAMBIO
POR: ARTURO MOLINA
La
dinámica política está a millón en el acontecer venezolano. Los debates en el
seno de la sociedad dan como resultado que el apoyo que brindó abrumadoramente
el sector opositor del G4 a las restricciones y sanciones aplicadas a Venezuela,
antes de perjudicar el gobierno de Nicolás Maduro y sus revolucionarios siglo
XXI, han ido en contra del bienestar de los ciudadanos.
La
presencia en suelo venezolano de representantes diplomáticos del actual
gobierno de los EEUU para establecer reuniones con el gobierno de los
revolucionarios siglo XXI, el llamado interinato del G4, y otros factores de
oposición, pueden ser buenas noticias para los ciudadanos si se consolida el
entendimiento para sustituir el sufrimiento por el bienestar. El desprecio por
el diálogo y la inducción a la descalificación de quienes piensan distinto al
G4, contribuiría a incrementar la diatriba política y las ofertas engañosas,
sustentadas en la manipulación y la pretendida exclusión, que a su vez
multiplicarían el desconsuelo en las familias venezolanas.
Son
alentadoras las opiniones emitidas a la luz pública por representantes de
partidos políticos no alineados en el G4, al igual que representantes de la
sociedad civil no partidista, direccionados al entendimiento, inclusión y disposición
a participar en primarias, para seleccionar candidato presidencial que sea
capaz de aglutinar el sentimiento del 80% que rechaza la gestión del actual
gobierno revolucionario siglo XXI. El llamado es a organizar ese proceso con
reglas acordadas entre todos, hablando con la verdad a los ciudadanos, para no
generar falsas expectativas e incrementar la desesperanza en los electores. El
actual Consejo Nacional Electoral (CNE) será el encargado de llevar el proceso para
elegir al nuevo presidente de la República en 2024, y es con ese CNE que deben
realizarse las primarias. Lo demás es querer seguir jugando al engaño, lo que
beneficia lo antipolítico con el aumento de la desconfianza de las personas
hacia sus dirigentes y partidos políticos.
La
historia se encargará de juzgar a quienes valiéndose del momento por el que
atraviesa la nación, se dedican a fomentar la desunión con el propósito de
mantener beneficios miserables para su persona y entorno. Mientras en otros países
los partidos políticos someten a consideración y legitimación por parte de los
electores a sus candidatos presidenciales, a través de la institución electoral
nacional, para seleccionar uno, (Argentina, Colombia) por solo nombrar algún
ejemplo, y posteriormente ir al proceso electoral general y medirlos con el
resto de los candidatos de los factores políticos de diferencia ideológica partidista,
en suelo venezolano el caudillismo-abstencionista-divisionista pretende hacerse
del trofeo evadiendo el debate programático, a expensas del sufrimiento de los
demás. El país debe estar por encima de la apetencia personal. Sin acuerdos, no
hay cambio.
ARTURO MOLINA
@jarturomolina1
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jarturomolina@gmail.com