EL AGUIJÓN
GANAR-PERDER
POR: ARTURO MOLINA.
Las
elecciones a la Presidencia de la República del hermano país de Colombia
realizadas el domingo 29 de mayo 2022, dio como resultado que debe hacerse una
segunda vuelta, porque los dos candidatos más votados, no lograron más del 50%
de la votación que señala la Ley de ese país, para declarar ganador a cualquier
aspirante en la primera vuelta electoral. Es ahora cuando comienza un nuevo
juego basado en la estrategia de las alianzas, y la moderación o radicalización
del discurso para capitalizar a los electores que sufragaron por otros
candidatos. En ese contexto son fundamentales los apoyos que se puedan obtener
de los partidos tradicionales, cuyos candidatos también obtuvieron votación
importante, así no salieran seleccionados para ir a nueva ronda que debe
realizarse el 19 de junio del presente año.
Las
voces agoreras comienzan a descalificar al sistema de partidos, y señalan que
es el final del mismo, y como consecuencia la caída del actual sistema político
imperante. La pretensión de imponer la anti política en la elección Presidencial
colombiana parece no consigue resonancia en los ciudadanos, quienes se desligan
de esas aseveraciones, destacando que apostaron por las gestiones de gobierno
que cada candidato a mostrado en sus espacios regionales. Pero a su vez, es
determinante que, para la segunda vuelta, los electores ubiquen la propuesta
responsable, aún con desagrado por lo que encierra, a la populista que va a terminar
dañando lo mucho de lo poco alcanzado, para el crecimiento político, social y económico
de la nación.
En
el análisis de los colombianos debe prevalecer el criterio de lo que se gana o
lo que se pierde desde la perspectiva de la inversión. El elegir bien requiere
de revisar con exhaustiva experticia las letras grandes de las propuestas, pero
también las pequeñas. Traer a evaluación las facetas por las que han atravesado
cada candidato, y sus reales intenciones de llegar al Poder Ejecutivo Nacional.
No es fácil para una sociedad que ha vivido de sobresaltos, con crisis política
y social, y además asediada por grupos irregulares, que en varias oportunidades
han declarado la guerra al sistema de libertades. Pero tampoco es difícil si se
trata de tener representante gubernamental que se identifique con los problemas
sentidos por la sociedad, y sea capaz de generar políticas públicas que den
solución a la variedad de problemas existentes.
En
un partido de futbol los técnicos hacen planteamientos tácticos y estratégicos,
para hacerse con el resultado. Algunos juegan a la ofensiva, otros a la
defensiva. Se estudian mutuamente para intentar descifrar la estrategia de cada
uno. Hay individualidades que marcan la diferencia, pero son ensayados con
anterioridad para frenar su evolución en el campo de juego. Si el trabajo se
hace en equipo, sin duda los efectos serán los esperados. Lo individual los
puede llevar a la derrota.
La
elección del nuevo presidente de Colombia tendrá un ganador, los demás deben
asumir con hidalguía el papel de oposición que dará el ciudadano. Lo importante
es que en el juego democrático hay que aprender a ganar y a perder, entendiendo
que se juega para ello, y que el mundo no se termina porque no se obtuvo la
victoria en esa batalla cívica. Hay quienes no lo han entendido, pero el tiempo
les dará la enseñanza requerida en ese, y otros escenarios de la vida.
ARTURO MOLINA
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