EL AGUIJÓN
EL
DESAFÍO
POR: ARTURO MOLINA
La constancia y disciplina
son acciones que determinan con satisfacción el logro de lo planteado. La
voluntad inquebrantable de no rendirse ante las vicisitudes surgidas
contrarresta la negación al evento. Así un padre de familia sale al trabajo con
la convicción de alcanzar el éxito en su desempeño. Desaparece la tranca y
surge la respuesta proactiva. Es la actitud la que le permite derrotar la
desesperanza y frustración que ello genera.
La lucha por el poder en
suelo venezolano se plantea nuevamente en un ambiente polémico. Algunas
corrientes políticas del llamado G4, activan con arrogancia, a través de
conductas desleales, direccionadas a dañar a quienes se negaron a continuar con
los errores patentados en lo absurdo, al mantener su entreguismo al oficialismo
durante más de 22 años. Autogol que sostiene a los revolucionarios del siglo
XXI al frente del Ejecutivo Nacional, y vuelven a hacerse con control de la
Asamblea Nacional. Esa “pequeña” diferencia, le ha permitido además al
oficialismo hacerse de los demás poderes, entre ellos el electoral.
Los resultados devenidos de
los llamados a la abstención han demostrado que esa estrategia es equivocada,
pero aún así, una minoría insiste en ello. Son vanidosos, y copian el estilo
autoritario del oficialismo. Las desavenencias comienzan a aparecer, y la
separación hace su entrada al escenario. Ahora, unos son dueños de tarjetas
electorales, aprobadas por el Consejo Nacional Electoral de la “usurpación”, y
en modo agazapado, sueñan con ser gobernadores o alcaldes. Se muestran dolidos,
pero ansiosos, no arrepentidos. Sin tapujos dejan ver que van al ruedo
electoral, y no aceptan primarias, para favorecer al régimen. Pensar que hace
siete meses atrás gritaban alacranes a otros. Convocan ruedas de prensa
ofreciendo apoyos a diversos aspirantes. Eso no es malo, la incoherencia es la
que asombra.
La costumbre de subestimar
al contrario va dejando solos en el camino a los dirigentes abstencionistas. Hacen
lecturas sustentadas en sus caprichos y apetencias personales. No precisan en
reconocer que sus desviaciones están siendo abiertamente rechazadas por los
ciudadanos. Les invade el morbo de la envidia, y apuntan al quiebre de todos.
Los electores deben hacer esfuerzo para contrarrestar los laboratorios de
guerra sucia que surgen para distraer y sembrar desesperanza.
La hora del reconocimiento y
reivindicación del sistema de libertades está a la vuelta de la esquina. La
participación electoral como alternativa cívica y pacífica para alcanzar los
cambios deseados, comienzan a reflejarse en la actitud de los electores.
Rescatar la confianza y credibilidad en la política como herramienta para
canalizar las diferencias, y convertirla en generador de esperanza y
oportunidades para el crecimiento y desarrollo de los pueblos, es el desafío
para los demócratas que luchan en contra de la hegemonía del autoritarismo.
ARTURO MOLINA
@jarturomolina1
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