EL AGUIJÓN
AL
MAESTRO CON CARIÑO
POR: ARTURO MOLINA
Las palabras del maestro de
maestros Luis Beltrán Prieto Figueroa, al señalar que al docente se le debe
tratar con cariño, retoman vigencia en la Venezuela preñada por la exclusión.
La política educativa se ve involucrada en luchas desproporcionadas al momento
de la toma de decisiones. Las pretensiones domesticadoras del régimen, los
llevo a creer que quitando beneficios socio económico al sector educativo,
logrados durante años de lucha en procura del reconocimiento, y respeto a
reivindicaciones, les facilitaría el propósito de arrodillarlos. No conocen la
raigambre del profesional de la docencia, quien aún en la pobreza extrema
estimulada por los revolucionarios siglo XXI, se mantienen en pie de lucha.
La sensibilidad y compromiso
profesional del educador venezolano se registra en cada acción que adelanta a
favor de la formación de la niñez. Son padres y madres de familia que han
tenido que buscar ingresos extra para llevar alimento a sus hogares. Sienten y
padecen las mismas vicisitudes que el resto de los profesionales del país.
Abren años escolares y los cierran con la esperanza de que se le reconozcan
mejoras salariales y de salud. La política centralista del gobierno nacional,
limita acuerdos económicos y sociales entre representantes gremiales y
autoridades de Gobernaciones y Alcaldías. La desesperanza pareciera va a
triunfar, pero sale de inmediato a relucir la resistencia y el sí se puede.
Escuchar las anécdotas de lo
padecido por los profesionales de la enseñanza en cada espacio escolar y
familiar, quiebra la voz y saca lagrimas. Difícil frenar el enrojecimiento de
los ojos. La inducida política económica del sistema colectivista, no solo
destruye salarios, además, desmorona hogares. Ya no se puede hablar de algunos
que viven en la calle, ahora la mayoría de los venezolanos viven deambulando,
pidiendo, rogando. Los educadores también han sido objeto de la lástima. Entre
vecinos ayudan con zapatos, pantalones y blusas o camisas. Caminar durante
horas para cumplir con su deber profesional les agota. Esa verdad la desconoce
el burócrata que vive aislado y da la espalda pretendiendo evadir la
responsabilidad con la excusa miserable, “eso no es conmigo”. Es el egoísmo de
personas patentado en la ignorancia y el odio.
El camino por alcanzar
cambios hay que limpiarlo de las impurezas que se presentan. Las ofertas
fraudulentas deben detectarse a tiempo. Quienes tienen la posibilidad de
ayudar, y actúan en sentido contrario, no merecen el respeto, ni la bendición
de los cristianos. Negar a los profesionales de la docencia lo que por derecho les
corresponde es obra de mediocres, o tal vez, de quienes se acercan a los
gobiernos con la finalidad de destruirlos desde adentro. Eso debe ser denunciado
con fuerza. Me sumo a las palabras del MAESTRO Luis Beltrán Prieto Figueroa, al
maestro con cariño.
ARTURO MOLINA
@jarturomolina1
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