SE VOLVIERON A EQUIVOCAR

 

EL AGUIJÓN

SE VOLVIERON A EQUIVOCAR

POR: ARTURO MOLINA

El oportunismo ramplón se hizo presente en sector radical de la oposición venezolana, ante la incapacidad de generar alternativas viables para salir de la crisis, optando por la confrontación estéril y la abstención, con resultados miserables, que desnudan acto de cobardía y claudicación ante el tirano. Disfrazan sus deficiencias, y de forma atorrante promueven el abismo. Son el factor multiplicador de la desconfianza de las personas hacia la política y dirigentes que disienten de esas aventuras. Celebran triunfos como el de la no participación ciudadana del domingo 6D 2020, sin percatarse del hoyo en el que se encuentran. El 5E 2021 se juramentará nueva Asamblea Nacional (AN), y la minoría gobernará por encima de la mayoría, porque el capricho se impuso.

La inexistente conducción política en el desaparecido liderazgo nacional centralizado de la oposición, reivindica la exigencia de los ciudadanos en la estructuración de estrategia política, centrada en las realidades objetivas y subjetivas presentes, para frenar la apetecida sumisión de las personas por parte de los revolucionarios siglo XXI, y con ello, la implantación definitiva del sistema colectivista. El encuentro entre los venezolanos aferrados a la negación de esa paranoia es necesario, y comienza con los representantes recién electos de la oposición en el seno de esa AN, quienes deben convertirse en la voz de la mayoría, y presentar propuestas que coadyuven a la dignificación de los ciudadanos, y el restablecimiento del sistema de libertades.

Pertinente es borrar la huella de la improvisación e inmediatez en la oposición, y dar paso a la metódica y sistemática capitalización del descontento social, sustentados en la verdad, inclusión, dialogo y organización de los ciudadanos de abajo hacia arriba, e ir conquistando sin prejuicios los espacios de poder de gobernaciones y alcaldías, con la participación ciudadana, que permitan debilitar el apoyo al actual gobernante nacional, hasta alcanzar los cambios urgidos por la sociedad en el poder ejecutivo. Basta del “como va viniendo, vamos viendo”. La convivencia y estabilidad social está en terapia intensiva, con eso no se puede seguir jugando.

La exigencia al oficialismo del respeto al Estado de Derecho es inmediata. La elección del domingo 6D evidencia que se perdió una nueva oportunidad de restar poder al régimen. La escasa participación de las personas en las urnas electorales demuestra que la abstención es una decisión personal, sin efecto práctico, al no elegir, ni decidir nada, porque la Constitución de la República no dispone de mecanismos legales para eso. Distinto si en el texto supremo se marcara pauta de los porcentajes mínimos de participación ciudadana que debe lograr un gobernante para legitimar su triunfo, entonces se trabajaría sobre la base de la legitimidad y legalidad del poder. Lamentablemente perdió Venezuela y la democracia. Gano la minoría, pero otros, creyéndose dueños de la verdad, se volvieron a equivocar.

Arturo Molina                                                                 

@jarturoms1

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