EL AGUIJÓN
ATRAPADOS
POR: ARTURO MOLINA
El encendido de las luces en
el teatro está en suspenso. La música de fondo no permite a los asistentes
entender que está pasando. El telón aún no sube. Hay deseos por ver la obra “la
salida de la pesadilla”. El guión no se conoce. La emoción crece en las
personas a cada oferta que realizan los auto nombrados mesías, sin detenerse a
pensar si la misma es real o engañosa. Las apuestas no se hacen esperar. Adelante
de la misma se coloca la inmediatez nuevamente, son 09 a 1 la diferencia. La
obra está prevista en dos partes. Sube el telón y en la primera los actores
representantes de los ciudadanos dramatizan la protesta de calle, con ello
simbolizan la expresión genuina del reclamo ante el abuso del poder del régimen.
Su espontaneidad la hace digna y respetuosa, creíble y admirada. En la segunda los
representantes del teclado anuncia derrumbe del régimen, surge el anuncio
repetido de la invasión, los marines en cualquier momento desembarcan y esto se
terminó. Está cerca, dicen, noviembre es la fecha.
Sentados los actores pasivos,
se frotan las manos, escriben a través de las redes, saltan desde esos asientos
sin moverse al escenario. La intención es hacer ver que gracias a ellos surge
el reclamo. La película los juegos del hambre se queda corta por tamaña
tremendura. La magia e improvisación surten su efecto. Comienza a rodar en la
cabeza de quienes ven la obra, que el quiebre del sistema colectivista
representado por los revolucionarios siglo XXI se va a encontrar en la
sorpresa. La ola crece o decrece según los planteamientos de los actores
involucrados. Quienes llaman a la abstención, gritan en el teatro sus hazañas,
y etiquetan a quienes piensan distinto de entregados. El aplauso no se hace
esperar, y con ello se hincha el pecho del que juega desde su casa. Ahora es el
régimen quien se frota las manos, ve la obra en la distancia y apuesta duro en
el juego, esperando se concrete el cometido, para salir fácilmente airoso en la
contienda.
En el teatro los actores de
la anti política siguen su guión, aprovechan el momento y destrozan la política.
Los dirigentes que piensan distinto, son vilipendiados, conjuntamente con su
familia. Se muestra en el escenario el atropello del oficialismo a los
representantes de la protesta por falta de agua potable, energía eléctrica, gas
doméstico, internet, educación de calidad, salud, gasolina, alto costo de la
vida, hambre, miseria e incluso, la invasión a los hogares y aprehensión de sus
residentes. A los presentes les da risa, eso es lo que les conviene. Requieren
de la confrontación estéril para hilvanar su discurso. No están interesados en
el cambio de sistema de gobierno, están anclados en ser mesías, héroes a juro,
renombrados por la historia. Son ególatras por naturaleza.
De pronto, un asistente a la
obra reacciona, y entendiendo que se expone a ser mancillado por el resto de
los presentes, se atreve a gritar: mientras la distracción acoge a este grupo
minoritario que juega a favor del régimen, creando desesperanza, hay quienes
están interesados en organizar a los ciudadanos para terminar con la crueldad
que impone el oficialismo. De seguir jugando equivocadamente, todo seguirá tal
como se ve en el teatro: atrapados.
Arturo Molina
@jarturoms1
www.jarturomolina.blogspot.com
jarturomolina@gmail.com