EL AGUIJÓN
VACILAR
ES MORTAL
POR: ARTURO MOLINA

Después del fracaso del
llamado paro petrolero por parte de la oposición (dic2002-feb2003), había
posibilidad de minar el apoyo popular al gobierno nacional. En octubre de 2004
se tenían pautadas elecciones regionales de gobernaciones y alcaldías. La
estrategia de los sectores radicales prosiguió su curso de la anti política y
la inmediatez para avasallar al sistema de partidos políticos e impusieron ante
la opinión pública la aplicación del Referéndum Revocatorio (RR) al presidente
militar Hugo Chávez. Fue tal la presión que se generó, que el propio gobierno
intento evitarlo dado el bajo “apoyo popular” que estaba recibiendo de los
ciudadanos, se jugaron su vida cuando lo aceptaron, pero lo hicieron con
estrategia, aparecieron las misiones, llegaron a los que votan y ganaron. Eso
sucedió el 15 de agosto 2004. Dos meses después el oficialismo barrió en las
elecciones regionales y se afincaron en el poder. Se tiró por el precipicio
posibilidad de ganar gobernaciones y Alcaldías, organizar a los ciudadanos de
abajo hacia arriba, para ir luego al triunfo seguro de la Presidencia de la
República. No bastando eso, llamaron a la abstención en las parlamentarias
2005. Eso tampoco se reconoce.
La pela parece no ha sido
asumida y la enseñanza no llega. En el año 2016 engreídos por la extraordinaria
votación obtenida en 2015, (producto de modificación perversa generada por el
oficialismo en sistema electoral, de eliminar la representación proporcional de
las minorías) se piso nuevamente el mismo terreno, y aunque el RR fue negado,
se entró en el abismo abstencionista, y reiteradamente se negó la posibilidad de
ganar gobernaciones y alcaldías para allanar, subrayo, de abajo hacia arriba el
triunfo en Presidencia de la República. El cantar fraude para llamar a la
abstención ha sido la herramienta de quienes claudicaron, y buscan la
confrontación permanente con el gobierno, para mantener ilusión de invasiones
extranjeras que le permitan llegar al poder. Otra vez el mismo error.
Al régimen hay que
derrotarlo en su propio terreno, alcanzando condiciones mínimas para la
participación. Los partidos deben entonces unir sus estructuras con la sociedad
no partidista, y con mensaje y estrategia claras, asumir la batuta y organizar
a los ciudadanos, y sobreponerse de un Consejo Nacional Electoral nombrado por
un Tribunal Supremo de Justicia cuestionado, pero con presencia de la
disidencia, y es el que va a coordinar el evento, sobre eso se avanza. En
Venezuela los procesos electorales son los que definen quienes gobiernan, con
alta o poca participación. Ya se entró en fase de inscripción en registro
electoral. La abstención le sirve al régimen. Vacilar es mortal.
ARTURO MOLINA
@jarturoms1
jarturomolina@gmail.com