EL AGUIJÓN
HISTERIA
COLECTIVA
POR: ARTURO MOLINA

Noticias de orden jurídico alegran
a unos, preocupan a otros, y aparecen ensañamientos contra el neutro. La
venganza surge en algunos revelando su lado oscuro. Medran el chisme, envidia,
manipulación y oportunismo servil. Hacen uso de su oscurantismo para etiquetar
a otros. Si la información fluye o no, se molestan, alteran y escupen su bazofia.
Culpan a otros de sus miserias y anidan estiércol en tierra árida. Pretenden la
confrontación a lo mero macho. Polarizan cualquier escenario. Revolucionarios
vs contrarrevolucionarios; nacionalistas vs apátridas; gordos vs flacos;
señoras vs damas de compañía; negros vs blancos. La ignorancia reina y la
descalificación preña. Les importa poco la vida. Prefieren anteponer la muerte.
Los servicios públicos de
salud, agua, internet, transporte, gas doméstico, en tierras secuestradas por
los llamados revolucionarios siglo XXI, son escasos, pésimos, y exaltan el exabrupto
de la explotación, humillación y exclusión de los ciudadanos, a través de
mafias gubernamentales, controlando precios y sistema de distribución. En espacio
bendecido por Dios con abundantes recursos naturales renovables y no
renovables, el oficialismo apuesta a la destrucción. La invasión extranjera,
disimulada y apoyada por el régimen, ha permitido que la soberanía nacional sea
pisoteada para promover el saqueo y la ruina del país. En nación extractora de
petróleo, no se produce ninguno de sus derivados. Los bienes propiedad de los
venezolanos pululan en ventas en manos de agentes desconocidos y traspasados a
otros gobiernos. Es conocido el hijo que hereda fortuna y la despilfarra. No la
trabajó, no conoce el sacrificio. Le da igual tenerla y botarla.
La crisis socioeconómica y
política inducida por el régimen en Venezuela ha generado en las personas
rechazo al sistema de gobierno impuesto. La aparición de la pandemia del
COVID19, no ha llegado a su extensión real en las personas y familias. Hay
quienes anuncian dudas sobre los test utilizados para las pruebas del virus. Es
la dictadura reinante en China quien los provee. Ciudadanos unidos en fe y
permanente oración, piden al todo poderoso no permita la expansión del mortal
virus, y cumplen responsablemente la cuarentena recomendada. Asumen como cierta
la información suministrada por el régimen sobre el número de casos positivos
existentes en el país. Mentir tendría como respuesta la histeria colectiva.
ARTURO MOLINA
@JARTUROMS1
jarturomolina@gmail.com