EL AGUIJÓN
72
HORAS DE ESPERA
POR: ARTURO MOLINA

Ahora Venezuela muestra las
caras de dos gobernantes y un solo destino. Uno devenido en ilegitimidad y otro
auspiciado por la legítima Asamblea Nacional. El ilegitimo expulsa, corrompe,
saquea el erario público, asesina. El legitimo llama a la sensatez, la
construcción de país en hermandad, la paz, el perdón y frenar la corrupción. El
ilegitimo niega la crisis humanitaria y no permite ayuda para subsanarla. El
legitimo la denuncia y abre puertas para evitar que las personas sigan muriendo
de hambre y mengua. El ilegitimo auspicia y aplaude la diáspora. El legítimo
hace esfuerzos para lograr su retorno. El ilegitimo masacra la juventud y viola
sus derechos de los trabajadores. El legítimo los abraza, reconoce y convoca a
prepararse y a ser productivos. Diferencias abismales que se presentan
direccionadas unas en lo que denominan Partido Socialista Único de Venezuela
(PSUV) o tal vez, revolución del socialismo siglo XXI, y del otro lado desde el
espacio que reúne a representantes de la diversa pluralidad de la sociedad
venezolana, la ilustre Asamblea Nacional.
La legitimidad de la
Asamblea Nacional es reconocida por cientos de países, y con ello a quien los
representa ante el mundo. El reconocimiento al usurpador deviene de regímenes
que están chupándose los recursos naturales y económicos que son de los
venezolanos. Mientras el legitimo denuncia la presencia de grupos irregulares
(guerrilleros, paramilitares, colectivos asesinos) en territorio venezolano, el
ilegitimo los auspicia y apoya abiertamente creando incluso, cuerpos de fuerzas
asesinas, dándoles visos de legalidad. El ilegitimo permite la invasión de
extranjeros y su presencia como jefes en oficinas e instituciones del país. El legítimo
clama y exige respeto por la patria y sus espacios. El ilegitimo aísla al país
de las sociedades desarrolladas y en desarrollo. El legítimo convoca a la
integración e intercambio para alcanzar conocimiento, crecimiento, perfeccionamiento
y progreso.
Nada está escrito en horas
cruciales para el destino político de la sociedad venezolana. Las noches se
hacen largas y los días cortos ante la expectativa reinante. Hay ruta
establecida por la legítima Asamblea Nacional y de allí se esperan resultados
favorables al sistema de libertades. Las 72 horas de espera concluyeron para el
ilegitimo. No hay vuelta atrás. Venezuela espera por nuevo gobierno.
ARTURO MOLINA
@jarturoms1
www.jarturomolina.blogspot.com