EL AGUIJÓN
PERDIDO
POR: ARTURO
MOLINA

Los espacios de trabajo
se convierten en lugares para la solicitud permanente de permiso. Es necesario
salir en busca del camión del gas, alimento, medicina y el dinero en efectivo. En
cada esquina hay cientos de ciudadanos en la espera de transporte público, son
horas de espera que llenan de amargura a las familias y vecinos. La frustración
y el desespero crece, el dinero no alcanza, el salario se quedó rezagado frente
a la inflación presente.
Las estaciones de
servicio se han convertido en espacio para la reventa, especulación, abuso. Las
peleas entre los usuarios recrudecen por no dejar que se meta el vivo que
recién llega, o tal vez al que moja la mano para ser favorecido. Unos hacen
cola por horas, otros simplemente se paran frente a los bomberos en espera de
la seña para su ingreso. No vale autoridad, porque no existe o se presta para
la marramuncia. Lo ilegal se convierte en legal a plena luz del día y ante los
ojos de todos.
Las colas en los bancos
son a rabiar. Los empujones se registran a pulmón limpio, y los menos favorecidos
son los de la tercera edad. Enterarse de poder sacar de su propia cuenta la
cantidad de 100.000bs, es una ganga, eso no se puede desperdiciar. Se dejan
correr los comentarios entre las personas, -apúrense van a dar tanto hoy,
guarden número-. Todo es a la carrera y agradeciendo a Dios por lo otorgado. Se
entra en el terreno del no importa, algo están dando, peor es nada.
Opinar es delicado en
el país de la persecución y criminalización de la política. Sin ser terrorista,
en cuestión de segundos lo transforman. Sin conocer de cargas explosivas, y su manejo, colocación y activación, lo
convierten en un experto explosivista. Sin haber visto nada, aparecen los
testigos estrellas. Si se sale un gas porque eres flatulento y lo comido hizo
implosión, hay que cuidarse de los malos olores, porque lo que le viene es
cárcel y tortura. Los criminales deambulan, disfrutan, destruyen, roban,
saquean; el que alza la voz para enfrentar los abusos paga con cárcel y
escarnio público por su atrevimiento.
La respuesta del
régimen ante la protesta social por el colapso de los servicios públicos, el
hambre y la miseria, es el despido de los trabajadores de sus lugares de
trabajo para ser reemplazados por la chamba juvenil sujeta al partido único. El
control social es la vía de escape gubernamental para con los ciudadanos. Todo
se impone, nada se debate y consulta. Así sucede cuando se está perdido.
ARTURO
MOLINA
@JARTUROMS1
www.jarturomolina.blogspot.com