EL AGUIJÓN
PARÁSITOS
QUE DESTRUYEN A VENEZUELA
POR: ARTURO
MOLINA
@JARTUROMS1
El régimen de Nicolás
está robusto de improvisación. Los anuncios al país sobre economía, seguridad,
salud, educación e inversiones, vienen cargados de crisis, desequilibrios y
corrupción. Todo funciona al azar. Entre el libro rojo y el llamado plan de la
patria han canalizado a los ojos de los venezolanos lo prudente de evitar lo
imprudente.
El bolívar fuerte es la
moneda que goza de la mayor devaluación en el mundo. No hay orden fiscal y la
inflación destroza el poder adquisitivo de los ciudadanos como si se tratase de
un huracán haciendo presencia de forma repentina.
Los asesinatos,
atracos, robos, pululan como lo hacen los millones de indigentes paridos por el
oficialismo y el PSUV por las calles de las ciudades y zonas rurales de la geografía
nacional. Los cuadrantes de seguridad se descuadraron al nacer, y los funcionarios
de resguardo ciudadano, están ubicados en pasos fronterizos para el cuido de la
mercancía de los jerarcas del contrabando afiliados al régimen revolucionario
siglo XXI.
La explotación y
comercialización de los recursos naturales no renovables ha sido entregado a
empresas extranjeras emparentadas en lo ideológico con el régimen, y otras
ligadas al oficialismo, sin aportar beneficios a la nación, pero si llenando
las arcas personales de las mafias que mueven la entrega del país a nuevos
colonizadores. Ya venía sucediendo con los puertos, aeropuertos, sistema de
identificación, aduanas, autopistas, FAN, educación, salud, vivienda.
Los anuncios recientes
del régimen indican que ahora se profundiza la masacre contra los ciudadanos y
empresarios privados, para ello se estrechan lazos con los nuevos colonizadores
para aupar la comercialización de petróleo, gas y oro, con rupias, rublos y yuanes. Ahora la
soberbia arremete contra el dólar, lo saca de circulación (para los pendejos),
y establece como prioridad la vinculación con esas nuevas monedas en el marco
del comercio internacional, y a corto plazo a lo interno del país.
La tragedia venezolana
crece en cada despropósito anunciado por el régimen. No hay papel moneda para el
“bolívar fuerte”, o ya comenzaron a sacarlo de circulación con la estrategia de
culpar a otros, y luego imponer el pago con la nueva moneda, que al paso que se
avanza, en corto tiempo será de aire, porque ni cartón se va a poder comprar.
Liquidan la libertad de
expresión con cierre de emisoras, periódicos y canales de televisión, para
evitar que los ciudadanos estén informados. Niegan la aprobación del corredor
humanitario para paliar el hambre y miseria que azota al país. Regalan lo que
no les pertenece. Hacen de Venezuela una cárcel a su medida, la cual está
centrada en la ignorancia e injusticia, que se traduce en improvisación y
carencia de planificación de política pública efectiva. No son más de lo mismo;
son parásitos que destruyen a Venezuela.
ARTURO
MOLINA
www.jarturomolina.blogspot.com