EL AGUIJÓN
GANAR
SIN DESCONOCER
POR: ARTURO
MOLINA
La necesidad hace
pensar y actuar, pero si no se tiene cuidado, se piensa mal y se actúa en
correspondencia. La impresión de tenerlo todo puede generar ilusiones falsas y
el trastazo es el despertar sin posible reacción en el fondo del abismo.
Controlar las emociones es obra de la sabiduría, propiciada con la experiencia y
la paciencia. La virtud está en reconocerse y reconocer a los demás.
Jugar a ganarlo todo,
desconociendo la existencia del contrario es jugar mal; así lo ha hecho durante
16 años el sector oficial. La alternativa democrática tiene la posibilidad de
crecer, de ser mayoría, pero no la de ufanarse de ser el todo. Los números
apuntan a la pérdida del poder de los actuales gobernantes, pero no los
desaparece como creen algunos; están allí, son una realidad. Si se sostienen o
no, el tiempo lo dirá.
La composición de los
actores políticos tanto del oficialismo como la alternativa democrática se
presentan fracturados, pero el quiebre es mayor en el sector gubernamental. Los
años consecutivos en el poder hacen mella, y se acrecienta el descontento por
la ausencia de respuesta seria a la problemática planteada. El ruido de la
inconformidad penetra la débil armadura del oficialismo. Su partido presenta
números llamativos de apoyo, pero se sustentan en el condicionamiento del
ejercicio del poder, sometido al rigor de sembrar miedo y terror en los funcionarios
públicos, o en quienes reciben beneficio social; el apoyo en consecuencia es efímero
y gelatinoso.
La alternativa
democrática por ser diversa, plural, se manifiesta de distintas maneras, eso es
positivo; lo torpe es pretender que allí los “grandes” aplastan a los pequeños
cuando les parece. Los grandes al final del camino, no son tan grandes, y los
pequeños, no son tan pequeños. La existencia de un grueso de la sociedad se
manifiesta contraria a las políticas desarrolladas por el gobierno, pero mira
con recelo y es contraria a la imposición.
La elección de base
para la escogencia de los candidatos de la alternativa democrática a la
Asamblea Nacional favorece y estimula al grueso de la sociedad, permitiendo la
suma de quienes se alejan del socialismo del siglo XXI. La propuesta no debe
seguir siendo demorada. La alianza de partidos o de actores no partidistas para
presentar candidatos es legítima; acordar reglas de juego claras, precisas, respetuosas
e inclusivas, es la base para alcanzar el cambio. La opción real es jugar a
ganar sin desconocer. Elecciones de base ya.