Otra
forma de organizar la oposición
Por
Claudio Fermín
El descontento que se
vive en Venezuela es creciente en todos los sectores.
Los productores han
sido lesionados por confiscaciones de sus fincas, por regulaciones que obligan
a vender sus productos por menos de lo que le cuestan los insumos y por la
inseguridad reinante en el campo, que en algunas regiones proviene de la propia
guerrilla colombiana.
Los trabajadores la
tienen difícil porque sus sindicatos y federaciones no son reconocidos por el
gobierno y porque los derechos de sus afiliados son desconocidos por
ministerios, gobernaciones y alcaldías en manos del chavismo. Las Inspectorías
del Trabajo hacen caso omiso de reclamos sindicales. Lo mismo pasa cuando el
patrono que atropella es alguna empresa china o brasileña.
Los profesionales como
médicos, ingenieros, abogados, odontólogos, y muchos más, se encuentran a
merced de la buena o mala voluntad del jefe de turno porque la intermediación
de los gremios profesionales no es admitida por el oficialismo. De nada valen
los reclamos de la Federación Médica para proteger a sus afiliados y para
alertar sobre errores en las políticas de salud. Como tampoco se atienden las
voces del Colegio de Ingenieros que advierten sobre errores garrafales en la
construcción de obras públicas.
Así como los
empresarios del campo, los sindicatos y los gremios han sido desoídos por el
Gobierno, los Centros de Estudiantes, Colegios de Periodistas, Federaciones de Comerciantes y muchas otras
asociaciones han sido maltratadas e ignoradas por las autoridades públicas.
Por lo anteriormente
expuesto, ha sido una política equivocada, por lo restringida, que la llamada
Mesa de la Unidad Democrática (MUD) esté integrada solamente por directivos de
unos 6 ó 7 partidos políticos, cuya presencia en tal instancia es necesaria y
vital, pero no suficiente. La Venezuela descontenta tiene muchos reclamos que
expresar y soluciones que proponer. Nadie mejor para ello que los líderes
sindicales, empresariales, gremiales y estudiantiles. La MUD debe ampliar su
composición para representar a todo el país.
Por otra parte, la
presencia de esa oposición organizada debe ir más allá de las quejas y reclamos.
Hay que proponer soluciones a los
problemas que padecemos. La MUD ha de llevar a alcaldías, gobernaciones y
ministerios proyectos concretos que orienten en buen sentido la gestión
pública. No basta con la crítica.
Por último, las
decisiones de la oposición deben tomarse con el método opuesto al usado por el
gobierno. Mientras Chávez imponía y Maduro impone. La oposición debe tomar
decisiones de “abajo hacia arriba”, sepultando el antipático cogollo que tanto
daño ha hecho a la política nacional.
16-01-2014