EL AGUIJÓN
HABLEMOS
CLARO
POR: ARTURO
MOLINA
Twitter: @jarturomolina
La ausencia de
respeto del actual gobierno nacional para con los venezolanos, los lleva a
adelantar acciones y estrategias para inocular su verdadero esfuerzo por
cambiar la organización político territorial consagrado en la Constitución
Nacional, utilizando para ello la distracción.
Se
lee en los medios la información de la aplicación de las Regiones Estratégicas
de Desarrollo Integral (REDI), y se nombran a una serie de personalidades que
las regirán (en su mayoría militares), quienes al final van a ser los
encargados de diseñar con la autoridad otorgada a la vice presidencia de la
República, los presupuestos a las regiones, dándose un paso gigantesco hacia la
centralización, y en consecuencia la muerte lenta de las gobernaciones.
La
misma situación acontece con las Alcaldías, al decidir el gobierno nacional,
impulsar el Plan Comuna o Nada, para desarmar los espacios municipales e ir en
procura del control absoluto de la ciudadanía por esta vía, estableciendo una
especie de gobierno paralelo y que en todo caso, serían los que recibirían los
presupuestos para las obras a ejecutar en los espacios vecinales, ahora
comunales, pero subrayo controlados por el gobierno.
Implementar
este tipo de organización social para el actual gobierno ha sido obra del abuso
del poder, dado que en el año 2007 vía referéndum, los venezolanos rechazaron
tal propuesta de reforma a la Constitución, y en contraposición a la expresión
de la sociedad deviene la imposición; implicando que el tema referendario no
les importaba en lo absoluto cualquiera fuese el resultado.
Para
evitar el reclamo del colectivo, se diseña una vez más la estrategia del
Magnicidio; se habla de acabar con la Corrupción; de la importancia del Plan Patria
Segura; todo con resultados funestos, pero igual no les importa, pues están
insertando su esquema de control social, sin resistencia alguna, dada la
pasividad mostrada por la población.
La
inactividad del reclamo de la sociedad, obedece a factores impuestos por
algunos sectores de la oposición, quienes sembraron la idea de los liderazgos mediáticos,
perdiéndose el contacto con la gente y la realidad. Nacen en consecuencia
dirigentes de nombre y lideres de papel, incapaces de un mensaje claro,
coherente para sumar y dirigir a la masa social, creciente en las desavenencias
por las acciones del oficialismo.
La
actitud de los actuales gobernantes de ver al pueblo como ignorantes; el alto
costo de la vida; la escasez; la ausencia de atención medica de calidad; el
desempleo y, su pretensión de actuar contra los lineamientos Constitucionales, es
una olla de presión que puede estallar con dimensiones desconocidas y, ¿después
qué? Hablemos claro.