EL AGUIJÓN
RUIDO EN LA
FRONTERA
POR: ARTURO MOLINA
Desde
que el gobierno de Nicolás Maduro anunció el cierre de la frontera entre
Venezuela y Colombia, por un lapso de 72 horas en el año 2014, limitando el
tránsito vehicular desde la 11pm hasta las 5am, y la determinación del cierre
definitivo el 19 de agosto de 2015, mediante Estado de Excepción (donde se
violentaron los Derechos Humanos a más de 2000 ciudadanos colombianos), el
impacto socio político ha sido desolador para ambas naciones. Abrirla
nuevamente se han convertido en un juego de pin pon que parece se hace de
acuerdo a la conveniencia política del gobierno revolucionario, obviando los
intereses del país, y el de los habitantes establecidos en esos espacios
fronterizos. La ruleta rusa se ha mantenido a través del tiempo, siempre con
escusas que adquieren volumen de confrontación diplomática en los medios de
comunicación. La diferencia ideológica que representaban los gobernantes de los
dos países era el impulso para el desafío, y con ello la descalabrada decisión.
Con
la elección del nuevo presidente de Colombia pudiera cambiar la ruta del cierre
por el de abrir. Eso está por verse, solo faltan días para que ese nuevo
mandatario asuma el Poder Ejecutivo en Colombia. Los eventos, sin embargo, no
han pasado desapercibidos por la pluma de quienes llevan el registro de los
mismos, y ello permite recordar que la estrategia del gobierno venezolano para
llegar al cierre de la frontera partía desde los intentos de magnicidio, hasta
el de la invasión y ocupación desde el lado colombiano, de los espacios del
lado venezolano. Denuncias sobre contrataciones de paramilitares y sicarios por
parte del gobierno colombiano para eliminar a gobernante venezolano formaron
parte de la elaboración del guiso que se servía a la opinión pública
diariamente.
El
surgimiento de las Damas de Blanco del lado venezolano exigiendo respeto al
derecho a la vida, alimentación, el libre tránsito, al estudio, el trabajo, y
que se abriera la frontera, llevo a confrontación con la Guardia Nacional en
julio 2016, y lograron para avanzar hacia el lado colombiano, dando pie a que
se comenzara a hablar de la apertura gradual en los pasos fronterizos. Desde
entonces miles de personas comenzaron a abandonar Venezuela en busca de mejores
condiciones de vida en otras latitudes. Hoy son millones los que se han
marchado, pero el gobierno venezolano pretende seguir desconociendo esa
realidad y se hace el siego, sordo y mudo. Lo acontecido en el año 2019 con la
llamada ayuda humanitaria le sirvió al régimen para intentar nuevamente tener
la escusa y librarse de sus pecados, pero los ciudadanos venezolanos están
claros de lo ocurrido. Ni la pandemia de 2019 hizo reflexionar al régimen sobre
la debacle generada con el cierre de la frontera.
Representantes
del gobierno venezolano anuncia nuevamente abrir la frontera para el 08 de
agosto, y ya comienzan a recibir las criticas de parte de quienes viven,
sienten y conocen lo que allí acontece, porque el poder central no les toma en
cuenta al momento de establecer las condiciones del mismo. Hay ciudadanos
afiliados a la corriente de pensamiento del gobierno venezolano que se atreven
a decir que la frontera nunca debió cerrase. Otros también de esa nomenclatura
ideológica, declaran que no se deben crear falsas expectativas con la apertura
de los pasos fronterizos. El gobierno venezolano tiene su estrategia de hacer
ruido, alegrar a la gente, y posteriormente dejarlos en la espera. Solo faltan
días.
ARTURO MOLINA
@jarturomolina1
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jarturomolina@gmail.com