EL AGUIJÓN
TRAIDORES-ALACRANES
POR: ARTURO MOLINA
La descalificación es el elemento de destrucción utilizado por personas con mente retrograda, acostumbrados a la vida fácil y la prebenda del poder. Estrategia que les permite avanzar en contra del pensamiento distinto. Expresión de las carencias ostentadas en formación de principios morales, éticos e intelectuales. El debate constructivo y pro activo, les es ajeno, y se pronuncian con el odio engendrado en las vísceras contra quienes presenten propuestas para enriquecer la discusión con orientación política, sustentadas en el respeto y tolerancia.
Se centran en la distracción
de las personas para esconder las marramuncias adelantadas con propósitos
salvajes, (en conjunción con el régimen autoritario), buscando evitar el juicio
de los ciudadanos (a quienes no les reconocen esa condición), facilitando al
oficialismo la imposición del hambre y la miseria, porque de eso se nutre su
existencia, y públicamente se venden como las palomas de la paz. Participan en
la contienda política haciendo uso de la anti política, y se retiran del
escenario al ver que sus socios pueden ser derrotados. Son la suma de las
estupideces, los sin razón, actuando como ventiladores pagados con dinero
sospechoso, para emprender con estrategia falaz la repartición de estiércol sin
control. Deben tener cuidado con los cigarrillos que fuman o las bebidas que
beben, algo no está bien.
Son los mismos actores que
le permitieron la participación a la Presidencia de la República al señor
Nicolás Maduro, en el año 2013, sin haberse retirado de la vicepresidencia de
la República como lo señala la Ley. Prefirieron el silencio cómplice, antes que
la denuncia responsable. También facilitaron que candidatos a la Asamblea
Nacional, Consejos Legislativos, Alcaldes y Gobernadores, participaran en
diversos procesos sin cumplir con los requisitos mínimos exigidos en la
normativa legal, y ahora no participan en la contienda electoral porque el
régimen totalitario no les da condiciones abrumadoras.
Son los mismos que
aniquilaron la participación de los ciudadanos en el proceso de elección de la
Asamblea Nacional del año 2005, que aprobó paquete de Leyes en 2009, y de las
cuales hacen gala hoy para discursear, quienes se ufanan de ser los
representantes genuinos de la disidencia, por mandato impositivo propio, pero
que teniendo oportunidad de generar el debate nacional para obligar el apego a
la Constitución Nacional de las mismas, no fueron capaces de revertirlas en su
momento. La sequía de esa gestión legislativa está a la vista desde 2010 al 2015,
y del 2015 a la fecha. En una no tenían mayoría, pero en la otra le sobraban
los votos. No es verdad que el régimen no les reconoció, lo cierto es que allí adentro
les facilitaron las cosas al oficialismo para tal aberración. Son los mismos
que durante estos 22 años de imposiciones autoritarias, han apostado a la
polarización política, fortaleciendo al déspota, y frustrando a las personas en
su derecho a restablecer el sistema de libertades.
Los ciudadanos tienen el genuino derecho a decidir quiénes son sus
representantes en la nueva Asamblea Nacional, y de aprobar o desaprobar el
modelo político a seguir, aferrado al anhelo de la mayoría de las personas. Los
epítetos abusivos e irrespetuosos de traidores y alacranes, no tienen asidero
en todos los que llaman a participar en las elecciones parlamentarias del 6D. Tampoco
en los ciudadanos quienes han sido víctimas de los desaciertos de la inmediatez
desmedida de los radicales. La pelota allí les rebota a quienes hacen uso
desmedido de la descalificación. La lupa hay que apuntarla en otra dirección.
Que nadie los engañe.
ARTURO MOLINA
@JARTUROMS1
www.jarturomolina.blogspot.com.
jarturomolina@gmail.com