EL AGUIJÓN
¿SALARIOS
O LIMOSNAS?
POR: ARTURO MOLINA
Los tres plátanos y la
panela que pudieron adquirir los empleados de la administración pública
nacional con ese mes de aguinaldo, trae a la memoria los tiempos en que ese
beneficio era esperado con entusiasmo hace ya 21 años atrás. Las familias
organizaban la compra de los ingredientes para las hallacas (no pedían que se
los regalaran), la adquisición de ropa (estrenos), los regalos para el
intercambio entre los miembros de la familia, quienes se reunían el 24 de
diciembre para celebrar el nacimiento del niño Dios con sonrisa en su cara
porque era el día de la reconciliación y la unión entre seres queridos, el
perdón y el te quiero se fusionaban en uno solo. El familiar que se encontraba
a distancia, regresaba a su reencuentro, todos los esperaban con entusiasmo,
uno a uno se incorporaban y se confundían entre sí. Se presupuestaba de
inmediato los gastos del día 31 de ese mes, para dar despedida al año en curso
y bienvenida al naciente. Abrazo esperado haciendo cola para ir a recibir el
calor y alegría de la madre, padre, hermanos y amigos. Alcanzaba incluso ese beneficio para estrenar vehículo de agencia.
Hoy existe melancolía y tristeza. Las casa están vacías, las familias
divididas, distanciadas, y el hambre reina.
Los representantes de los
trabajadores, quienes no gozan del aprecio del régimen, vienen exigiendo
incrementos salariales por el orden de los 600 dólares mensuales, eso causa
risa en el oficialismo. La actitud del desprecio se hace presente en los
revolucionarios siglo XXI, y lo demuestran sin vergüenza. Las gobernaciones y
Alcaldías no reciben los presupuestos que por Ley les corresponde, y los
funcionarios se ven maltratados por tales circunstancias. Al cobrar los
aguinaldos, alcanzará para un plátano y media panela, porque la hiperinflación
no para y el régimen la estimula para conseguir el empobrecimiento social. La
alegría de ayer es recordada con lágrimas en tiempos de la revolución
bolivariana.
El régimen trata a los
ciudadanos como objetos, serviles a sus intereses, los desestimula y busca
quebrar la resistencia ofreciendo migajas. Esa es su esencia y razón de
existir. Su sistema político es la creación de hambre y pobreza, combinada con
terror y odio. Entiende el oficialismo que la celebración familiar en el mes de
diciembre debe desaparecer, y con ello las reivindicaciones salariales, para
implementar legalmente las dádivas y las limosnas. En consecuencia los
ciudadanos deben preguntarse que debe existir como pago para los trabajadores
¿salario o limosnas?
ARTURO MOLINA
@jarturoms1
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