EL AGUIJÓN
ACTUAR
SIN COMPLEJOS
POR: ARTURO MOLINA

El
régimen venezolano se destaca a nivel internacional por violaciones a los
derechos humanos. La diáspora supera a los países en guerra. Infinidad de organizaciones vinculadas a la
protección de las personas se han activado, al igual que los gobiernos de
países vecinos lo hacen para articular legislación que facilite la convivencia
y establecimiento de los emigrantes en sus espacios territoriales. El conflicto
crece y las soluciones no aparecen.
Diversidad
de analistas político-sociales han descrito las distintas vías que se pueden
alcanzar para lograr los cambios en sana paz, entendida esta por el
reconocimiento del tercero. La negación de la existencia del contrario
fortalece la posición radical y esconde la política para enaltecer la anti política
con vía a la confrontación, hasta imponer la sumisión total. Hay quienes
apuestan a eso, pero son minorías en ambos sectores.
La
realidad por cruda que sea hay que decirla sin tapujos. Los dirigentes
políticos deben calzar el zapato a ese nivel. Hay que definir lo que realmente
se quiere para Venezuela. Los ciudadanos deben participar activamente en ese
debate y construcción de propuesta. Los partidos políticos son canales para
alcanzar el objetivo a través de la planificación y movilización de las
personas ordenadamente. Se suman a ellos los gremios, sindicatos, ong. Los
voceros o representantes de la alternativa democrática no pueden estar siendo
susurrados, atacados y expuestos por quienes son amantes de la guerra, pero están
obligados a presentar hoja de ruta transparente.
La
lucha es por defender la democracia vs el autoritarismo. Allí está el meollo
del asunto, pero hay quienes pretender sacar provecho de eso maltratando a
quienes se atreven a hacer propuestas distintas a la hostilidad. El sistema
político de los socialistas siglo XXI está destruyendo el estamento social
venezolano. Afianzar el sistema de libertades es la vía para salir del atolladero,
pero se deben construir consensos para alcanzar el propósito. Quienes han
vivido arrodillados pretenden hacer ver que son otros los que hacen tal venia.
Un símil de esa conducta es la del corrupto que se molesta cuando ve que no
puede hacer que otro siga su camino, y en consecuencia busca desesperadamente
inculparlo, incriminarlo en algo. Así se mueven los autoritarios, y buscan al
pendejo para que les lama los zapatos. En oportunidades lo consiguen, pero
cuando es en sentido contrario, se vuelven histéricos, iracundos,
desequilibrados y bocones.
La
Venezuela demócrata reclama a sus allegados templanza, serenidad, astucia,
estrategia, táctica, sapiencia, disciplina, organización, conducción,
moderación y madurez política. La tolerancia es factor básico para recorrer el
camino y forzar la salida constitucional del poder a quienes pretenden
mantenerlo por la vía de la ilegitimidad. Los dirigentes demócratas están
obligados y es su deber, asumir el compromiso de alcanzar los cambios dentro del
contexto de la democracia. Los representantes del sistema colectivista no van a
ceder el poder por simple solicitud. Hay que plantarse constitucionalmente, con
apoyo internacional y actuar sin complejos.
ARTURO MOLINA
@jarturoms1
www.jarturomolina.blogspot.com