EL AGUIJÓN
SORTEANDO ESCOLLOS
POR: ARTURO MOLINA
@JARTUROMS1
El diálogo que pretende el oficialismo con la oposición es el
de la trampa.
La participación de representantes de oposición en los
diálogos con el oficialismo no tiene por qué darse en forma secreta. De eso se
vale el régimen para procurar la desmoralización de los venezolanos.
Las buenas intenciones y la disponibilidad para dialogar no
pueden servírsele en bandeja de plata al régimen, quienes públicamente y bajo
subterfugios pretenden desconocer la voluntad popular y la Constitución.
Los presos políticos son utilizados por el oficialismo como
bandera para la negociación. El régimen presenta alternativas de liberarlos a
cambio de aceptar sus inequidades, insolencias, abusos, incompetencia e iniquidad.
La férrea vocación democrática de los más de cien privados de
libertad, y de la mayoría de los venezolanos contrarios o desilusionados con el
socialismo siglo XXI, no les ha permitido a los oficialistas salirse con la
suya.
La cierto es que el régimen ha convertido a Venezuela en una
jaula, al negar a los ciudadanos derechos establecidos en la constitución, y
fomentar persecuciones y arrestos a disidentes.
El oficialismo ha manifestado públicamente que el referéndum
revocatorio no lo van a permitir para el 2016. Cuentan para ello con el secuestro
institucional y el arrastre de sus prominentes representantes.
Apuestan a la salida de Nicolás, pero pretenden seguir
gobernando bajo el auspicio de la miseria en 2017.
Otros eventos constitucionales debieron activarse desde hace
algún tiempo, pero se han escuchado algunas voces desalentadoras del lado
opositor, quienes le han hecho el juego al oficialismo en temas como la
nacionalidad y las elecciones regionales.
Para algunos lo de la nacionalidad es irrelevante; para otros
las elecciones regionales deberían suspenderse. Errores que ameritan su
revisión y evaluación ante lo evidente.
El régimen se sabe acorralado nacional e internacionalmente,
y en su desespero adelanta estrategias de orden interno y externo.
Gasta millones de dólares en eventos de carácter
internacional (con presencia de Cancilleres, no de Presidentes). Anuncia la
llegada de alimentos y medicinas. Todo bajo el manto del engaño y el control
social.
La sociedad venezolana asiste masivamente a las protestas
convocadas por la oposición. Lucha por la salida pacífica. Rompe las ollas, llora,
grita, se moja, aguanta sol y frío. Pero no aceptaría que su dignidad sea
pisoteada.
Con “diálogos y agendas públicas o secretas”, nada ha
cambiado en Venezuela. El hambre y la miseria crecen. La violencia e
inseguridad son permanentes.
La lucha de los ciudadanos a favor del sistema de libertades
se acrecienta. Son dieciocho años sorteando escollos.
ARTURO MOLINA.
www.jarturomolina.blogspot.com