EL AGUIJÓN
LA ERA
DE LA INCERTIDUMBRE POLÍTICA
POR: ARTURO MOLINA
Nada es igual. Los tiempos han
cambiado. Algunos pueden asumir que es para bien. Otros dirán lo contrario. Esa
es la naturaleza humana. La diferencia es su etiqueta. Asumir la diversidad es
respetar la inteligencia de las personas y valorar su creencia cultural,
religiosa y política. La inestabilidad política que se registra en buena parte
del mundo obliga a los líderes, a crear de forma urgente, estrategias
responsables para restituir la confianza de los ciudadanos hacia las instituciones.
El desmoronamiento moral de la sociedad va a repercutir en la de los
gobernantes, a quienes los devorará la soledad. Un soplo de aliento fresco es
la solicitud en la calle.
La relación sólida entre
gobernantes y gobernados se construye con base a la comunicación y la
transparencia en las actuaciones. El gobernante que pretenda una oposición a su
medida obtendrá como resultado el fracaso de la gestión gubernamental. Restringir
el acceso a la información, es negar que las voces disidentes sean escuchadas,
y el mensaje hablaría mucho de la condición en que se les valora, alejando la
participación de los ciudadanos en la toma de decisiones, generando ausencia de
pertenencia y aprehensión social. La solidaridad entonces estaría vinculada a
su circulo partidista, y tal vez, a uno mucho más reducido, lo que por si ya es
intolerante. La condición no es hablar de odio vs el amor, es edificar en el
amor, para minimizar el odio, y eso, es otra cosa.
La acción gubernamental se
tambalea cuando los preceptos en los que se mueve se encuentran distanciados
del principio de integridad, honestidad, legalidad, pisoteando la moralidad.
Eso hace a un gobierno deficiente, y las promesas se transforman en simples
retoricas, cuyo apoyo es la manipulación, con base a las necesidades de la
sociedad. La calidad de vida se visualiza en el modo de vida que tienen los
pobladores de cualquier espacio territorial. El empoderamiento de los
ciudadanos se logra con la educación plural, forjadora de conciencia, que les
permite distinguir y comprender lo que hacen, asumen, proponen o rechazan. A
eso se le llama conocimiento, desarrollo, avance, lo contrario, es atraso,
prehistoria. Moral y luces fue uno de los pensamientos arraigados en la escuela
del ayer, su ausencia se vive hoy a granel.
Sin empatía todo es un
desierto. La hipocresía para tratar los problemas existentes deshumaniza la
acción política porque carecen de voluntad para resolverlos. La equivocada hoja
de ruta puede tener su asiento en lo ideológico, pero evadir que ese autobús
está proporcionando como herencia la miseria y el hambre es negar que los seres
humanos nacen y mueren. Todo tiene un tiempo. Los cambios son necesarios.
Aceptarlos es evidencia de la madurez alcanzada. La diatriba se resuelve con
dialogo productivo, consensos, acuerdos. Los gritos son el reflejo de la
intolerancia y el desacierto. El miedo es natural en todo ser viviente. La
política surgió para evitar las majaderías, sin embrago, hay quienes pretenden vivir
bajo el manto de su incertidumbre.
ARTURO MOLINA
@jarturomolina1
www.trincheratachirense.blogspot.com
jarturomolina@gmail.com