EL AGUIJÓN
NICOLAS MADURO EN SU TORMENTA
POR: ARTURO MOLINA
El
actual presidente de Venezuela no consigue sosiego en su entorno. Al parecer
son muchos los conspiradores internos. La silla presidencial se la disputan en
silencio los revolucionarios siglo XXI. Los abrazos que se ofrecen entre si
tienen la connotación de despedida. Todos hablan de encuestas, rechazos y
saqueo. Traiciones dicen algunos en privado, y hasta se dan el caché de
expresar palabras altisonantes, para referirse a algún camarada caído en
desgracia. La razón es sencilla, allí no se practica la libertad de conciencia,
menos se permite el debate para subsanar dudas y hacer propuestas. Toda gira en
torno a la decisión de la cúpula. Situación que tampoco escapa en un sector de
la oposición.
La
elección prevista para el año 2024 ha conseguido escape en los impulsos y
amenazas del actual presidente Nicolás Maduro, y en los que se aferran a la
polarización. Es la forma en que se distrae al ciudadano para pasar por alto
los problemas serios que tiene el país. Que el presidente lo diga públicamente o no,
es parte de la estrategia que a ellos les conviene. Estirar o recoger. Lo que
deja los ojos con mirada agria es que a alguno de la oposición le agrade esa
posibilidad, sabiendo que las opiniones divididas de los múltiples aspirantes,
le daría el triunfo al oficialismo. Tal vez, estén pensando que, en el terreno de
la manipulación, en el que se mueven, les garantiza seguir hablando en nombre
de la disidencia para ejercer la vocería, y su representación. Entonces, el que
se adelante el proceso es parte de la jugada acordada, en los términos del como
va viniendo, vamos viendo.
Hasta
donde esa maniobra les va a seguir rindiendo frutos, no se sabe. Lo cierto es
que las condiciones para hacer política en Venezuela, han cambiado en 180
grados. La desnaturalización de la misma ha alcanzado niveles de extremo
cuidado. Respeto al Estado de Derecho, no existe, y cada quien pulsa lo que más
le conviene. La ausencia de confianza de los ciudadanos hacia las instituciones
partidistas y sus dirigentes las tiene en el foso. El partido de gobierno tiene
un apoyo del 14%. En los factores de la oposición no se llega a suma el 9% entre
todos. Con un impresionante 70% de los ciudadanos que se encuentran a la
deriva. Lo lamentable del asunto es que quienes se hacen llamar independientes,
distantes de los partidos políticos, hoy están desesperados tratando de hacerse
de un partido y del apoyo de los militantes de los existentes, para intentar
demostrar que son los amos del valle. La incoherencia los arropa hasta cundo se
sonríen.
La
elección presidencial 2024 tiene además a los aspirantes a gobernadores en
desespero. No terminan de entender que sin 2024, no hay 2025. Los ciudadanos
van a dar su veredicto el día de la quema. El problema lo van a tener, quienes
deben rendir cuentas de la frustración generada, una vez más, a la mayoría que
dividieron por capricho y arrogancia. El 80% de rechazo por parte de los
ciudadanos a la gestión de gobierno de Nicolas Maduro, lo tiene nadando en la
tormenta interna de su partido, y de los agentes del gobierno comprometidos con
la trama de la corrupción, pero eso no significa, que esté fuera de juego.
Arturo Molina
@jarturomolina1
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jarturomolina@gmail.com