EL AGUIJÓN
OPERACIÓN ANTICORRUPCIÓN
POR: ARTURO MOLINA
La
situación país en Venezuela no consigue aliento fresco para avizorar el cambio
deseado por los ciudadanos. Los entretelones que se mueven a lo interno del
gobierno nacional, y del partido que los rige, se traducen en la lucha por el
control de esos espacios, y la confrontación es, sin escudo, pero con la
pistola cargada de veneno, acompañada de ventilador de revoluciones elevadas al
infinito, que se encarga de extender la gasolina regada, y acrecentar el fuego.
No es distinto a lo que pretenden con la totalidad de los venezolanos, pero les
crea roncha que algunas de las tendencias internas se fortalecieron
económicamente, viéndose las otras de forma raquítica, y entraron en el sálvese
quien pueda, sin importar a quien se lleven por delante.
En
el partido de gobierno la ausencia de liderazgo los lleva a desaparecer de la
esfera nacional, si se les esfuma el control gubernamental. Lo tienen claro,
por eso la pugna es visceral. Son esa clase de instituciones que se crecen
cuando tienen algo que regalar, y terminado el reparto, se quedan como los
viudos, sin compañía. Está pasando a una cantidad de supuestas organizaciones
que nacen al calor de los eventos electorales, y se transforman en actores
fugases al terminar la contienda. Incluso, unos cuantos hacen su aparición por la
conveniencia de actores que se encuentran en cargos de representación popular,
y al salir de las organizaciones en las que militaban, intentar crear las que
se adapten a sus pretensiones.
Permanecer
por largos años en el poder, les ha permitido profanar el estamento
institucional para adaptarlos a sus propósitos subalternos. La impunidad ha
corrompido la actuación de sus representantes en los cargos de gobierno, al extremo
que saquear el erario público se transformó en la competencia del quien saca
más, y en menos tiempo. La inexistencia de controles les permitió hacer lo que
les viniera en gana, pero ahora, cuando se ve que el reparto no ha sido
equitativo, y los expedientes han crecido en manos de los yanquis, entonces los
acuerdos se hacen potentes con ese enemigo ideológico, y la entrega es
inmediata. El sacrificado hay que exponerlo a la luz del día. Así intentan correr
la arruga con otros que todavía no han entrado en desgracia, y que no tardaran
en hacerlo.
No
hay dinero para los incrementos salariales dicen algunos ministros que se
sienten protegidos, y lanzan al aire cualquier babosería para pisar la dignidad
de los trabajadores, pero guardan silencio ante la inmoralidad de sus camaradas
de viaje, con la corrupción. Temen tal vez ser despedidos de sus cargos, o
simplemente son parte de la tarraya que lanzaron al tesoro nacional, y la pesca
los puede untar.
No
es novedad lo que ha sacado a la luz pública el gobierno nacional sobre la
forma en que se evaporan los dineros públicos en tiempos de revolución.
Denuncias hay a granel al respecto, pero ahora pretenden mostrar limpieza,
cuando en realidad el barro les sobrepasa la cabeza, y lanzan panfleto
publicitario llamado operación anticorrupción para continuar con la farsa y la
distracción.
Arturo Molina
@jarturomolina1
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jarturomolina@gmail.com