EL AGUIJÓN
PARTICIPACIÓN
CIUDADANA EN LOS PROCESOS ELECTORALES
POR: ARTURO MOLINA
Sobre la democracia son muchos quienes
han escrito con fundamentos de peso que este es un sistema que fortalece las
sociedades libres, con acciones justas. Entendiendo por esas acciones el
ejemplo que se muestra en los países en los que supuestamente es rutina. Los
peligros que han existido para el éxito de la democracia se les añaden a los
gobernantes con talante autoritario, totalitario, que asumen la privación de
los derechos a los ciudadanos para hacerse del poder absoluto por la vía de la
imposición. Hay naciones en los que a través de la narrativa desmotivadora se
aleja de las urnas electorales a las personas, quienes de forma inconsciente
terminan dando vida al propósito de esa clase dominante para hacerse del
control de los habitantes y las instituciones.
Para evitar que los impulsores de la
barbarie hagan lo que les parezca, se requiere de la participación masiva de
los electores, y para ser elector, entonces hay que inscribirse en el organismo
electoral, y así aparecer en el registro electoral, que, por cierto, lo menos
que es, es permanente. Allí hay un juego perverso del ente electoral, al no
facilitar que ese procedimiento se realice de forma natural en todo el país. Eso
debe activar el reclamo cívico de los representantes de partidos políticos,
ONG, sociedad independiente, empresarios, estudiantes, universidades, gremios,
sindicatos, en fin, de toda la sociedad venezolana. Ese derecho no puede ser
vulnerado por el oficialismo, y hay que recordárselo aún cunado se sientan
sobrados para pisar la normativa legal vigente. Es necesario entonces organizar
a esos ciudadanos para movilizarlos y quebrar la estrategia excluyente del
régimen.
Las condiciones para una elección
libre, transparente, deberían estar sujetas a lo que indica la Ley electoral y
sus derivados, y su violación por parte del gobernante o funcionario alguno, debe
ser sancionado de acuerdo con lo establecido en la misma. Algunos pueden decir,
eso funciona en el sistema de libertades, con el que se tiene, no. Pero resulta
que el actual gobierno fue electo bajo el mecanismo que establece la Ley, es
decir, se beneficia de las bondades otorgadas allí, y la exigencia de las
condiciones deben estar sujetas a esa normativa. Ahora, es obligación de los
actores políticos de oposición, y los ciudadanos en general, tener claro que el
adversario político está haciendo uso de la ilegalidad para sostenerse en el
poder, lo que implica ilegitimidad. Pero esa actuación irregular debe contener
además de la denuncia, el fortalecimiento de hombres y mujeres, para de forma
articulada, evitar que en el proceso electoral se consolide la arbitrariedad. Eso
pasa por la organización de la sociedad y su movilización; estructuración de
los testigos electorales en todos y cada uno de los centros de votación y las
mesas que la conforman para la defensa de la voluntad expresada por los
ciudadanos, y requieren ser formados, allí no ayudan los improvisados. Conocer
debilidades y fortalezas del contrario, y las propias también.
Eso es con la generalidad de un
proceso, pero ¿qué pasa con los candidatos y sus propuestas? Los electores deben
buscar información, para no ir por el camino de los mesías, y posteriormente
entrar en la frustración. La participación masiva de los electores: antes,
durante y después del proceso electoral, es lo que va a robustecer la
democracia, contenida en el sistema de libertades.
ARTURO MOLINA
@jarturomolina1
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