EL AGUIJÓN
EL NUEVO ORDEN
MUNDIAL
POR: ARTURO MOLINA
El debate en torno al nuevo orden
mundial toma cuerpo en la medida en que transcurren los días. La iniciativa a
esa supuesta propuesta la han analizado desde diferentes ópticas y hay quienes
le llaman la base de la teoría conspirativa de las ultimas décadas. Otros creen
que se trata de un plan que busca la instauración de un gobierno global para
controlar en lo más mínimo toda el accionar del ser humano. También hay quienes
lo ven como una oportunidad para para estrechar la cooperación internacional y
poder enfrentar los desafíos que se están gestando en el mundo. Lo cierto es
que el comportamiento de algunos gobernantes está obligando a los analistas a
colocar la lupa sobre sus decisiones, buscando, tal vez, alcanzar una vía que
les permita dilucidar la conveniencia o no para la humanidad de darse tal
propuesta.
Elementos como el cambio climático (que
se siente a fondo); la desigualdad económica (promovida por intereses mezquinos
de los extremos radicales); el terrorismo internacional (motivado por
disfrazados de antisistema), conforman un cóctel para auspiciar en las personas
que se transita un mundo anarquizado y que es necesario la implementación del
nuevo orden. El avance hacia la aniquilación de los gobiernos soberanos, en
busca de la apropiación de los espacios territoriales y sus riquezas naturales
generaría alianzas entre los llamados gobiernos poderosos, y con ello despojar
a los ciudadanos en la toma de decisiones. Sería una especie de reparto vulgar entre
algunos (no es nuevo: G8…), para obligar a la mayoría a hacer lo que se les ordene.
La obediencia por encima de la inteligencia (conveniente a los ignorantes). Ese
sería un escenario propio de los gobernantes autoritarios, que son muchos, pero
lo disimulan para gozar de algunos privilegios en el sistema de libertades
(aplaudido hacia afuera, escupido hacia adentro).
El llamado mundo moderno, representado
en el siglo XXI por el desarrollo tecnológico, ha interconectado a sociedades
que se encontraban olvidadas por su situación socioeconómica, y que aun, se
mantienen en el atraso. Esa vulnerabilidad debe ser considerada para fomentar políticas
que contribuyan a insertar mecanismos para ayudarles a encontrar el camino del desarrollo,
que en todo caso estaría marcado por mejorar la inversión en la educación. Esa
es una obligación de los que pueden, hacia los que menos tienen, y no para
aprovecharse y liquidarlos. Es innegable que la necesidad conlleva a muchos a recibir
las migajas que le den, reteniendo el aliento al saber que les humillan, pero necesitan
luchar por su vida. Tal vez quienes los manipulan solo aspiran que se produzca
la muerte y desaparezcan (algunos dicen que lo han intentado en variadas
oportunidades).
En cualquier escenario, los ciudadanos
en cada parte del mundo están obligados a luchar por sus derechos, territorios,
identidad, familia y vivir en paz. A producir y comercializar el fruto de su
esfuerzo. La ayuda que en esa dirección se genere será bienvenida. Pretender esclavizar
para usufructuar los beneficios de todos en favor de algunos, es propio de
quienes han destrozado la naturaleza y ahora quieren hacer lo mismo con los
seres humanos. La pregunta que surge en torno al llamado nuevo orden es ¿conveniencia
o amenaza para los ciudadanos? La mesa está servida, la reflexión es de cada persona.
ARTURO MOLINA
@jarturomolina1
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