EL AGUIJÓN
CRISIS VENEZOLANA: UNA ALTERNATIVA PARA EL CAMBIO
POR: ARTURO MOLINA
La
crisis socioeconómica presente en Venezuela es compleja, y ha generado
conflictos emocionales en las familias, y sociedad en general, que se traducen en
un ambiente de hostilidad. Problemas de desempleo, alto costo en los
medicamentos, alimentos y servicios públicos, aunado a la deficiencia de los
mismos, generan estrés, ansiedad y depresión. Ese paquete tiene impacto en la
salud física y mental de las personas, incrementándose la violencia familiar, y
los suicidios. Eso parece importar poco a las autoridades gubernamentales, y
son las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) las encargadas de llevar el
seguimiento, y ofrecer paliativos a las necesidades presentes.
Los
debates que se observan en algunos de los aspirantes de la oposición a conducir
los destinos del país, están sesgados por la inmediatez. El caer bien,
escondiendo verdades, es el bombillo que les alumbra. La descalificación y
exclusión siguen marcando la ruta, y con ello, retumba el desesperado grito de
los ciudadanos: ¿hasta cuándo? La cacareada unidad se la pasean por las orillas.
Parecen candidaturas devenidas de los hilos de los caudillos, o tal vez,
representantes de las dinastías enquistadas en el poder.
Poco
o nada se escucha de esos aspirantes para entender la nomenclatura del auxilio
solicitado por las personas. Los asesoramientos para reducir el conflicto
emocional, o las actividades de ayuda social quedan para el momento de la
campaña electoral. Luego si te vi, ni me acuerdo. Dicen por allí: bórralo. La
desinformación es la estrategia del oficialismo, y quienes pregonan ser “diferentes”
los emulan. Luchar por el cambio político y social no es solo de la boca hacia
afuera, hay que demostrarlo con hechos. Eso no implica caer en la absurda
provocación del régimen, y convocar a las masas a realizar estupideces. La
madurez y la estrategia, dejan mucho que desear en esos interlocutores.
Hay
temas de relevancia política, económica y social que ameritan profundidad en la
propuesta para el cambio. El colapso de la producción petrolera, principal
fuente de ingreso para el país; la corrupción; la represión política; la
pobreza; la diáspora. Las reformas económicas tan necesarias no son solo para
el abanico de palabras, esta es una estructura que se sustenta bajo un modelo
político, y allí no se puede estar zigzagueando.
La
crisis venezolana es una tragedia que afecta a millones de personas. Encontrar soluciones
es tarea de quienes profesan y practican el derecho a la inclusión, respetando
la diferencia. La solución no está a la vuelta de la esquina. Necesario es
seguir trabajando para encontrar puntos de encuentro que permitan la integración
de propósitos, y canalizar esfuerzos que generen resultados palpables de una
Venezuela mejor para todos. La crisis es una alternativa para el cambio,
desaprovecharla es cerrar los ojos, tapar los oídos, y acostumbrarse a vivir en
la penumbra.
ARTURO MOLINA
@jarturomolina1
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jarturomolina@gmail.com